La participación de Fernando Tejero en la primera edición de MasterChef Celebrity ha sido objeto de controversia y debate. En un reciente pódcast titulado ‘Poco se habla’, el actor y comediante compartió sus experiencias y sentimientos sobre su paso por el programa, revelando detalles que han sorprendido a muchos. Tejero, conocido por su trabajo en series como ‘Aquí no hay quien viva’ y ‘La que se avecina’, no se guardó nada al hablar de su experiencia en el reality show de cocina.
Uno de los puntos más destacados de su intervención fue la sensación de incomodidad que experimentó durante el programa. A pesar de haber sido convencido por amigos cercanos para participar, Tejero admitió que nunca tuvo la intención de ser concursante. «El primer responsable de la cagada fui yo porque no quería ir», confesó. A pesar de sus dudas iniciales, finalmente se dejó persuadir por Loles León y Cayetana Guillén-Cuervo, pero su experiencia no fue la que esperaba. «Cuando estaba el primer día en plató me dije ‘eres gilipollas, ¿qué haces aquí?’», recordó.
La decepción de Tejero no solo se limitó a su propia decisión de participar, sino que también se extendió a la estructura del programa. Según sus declaraciones, el formato estaba tan guionizado que se sintió atrapado en un papel que no le correspondía. «Me di cuenta después de grabar el formato que todo estaba demasiado guionizado, tanto que tras ver la primera emisión preferí dejar de verlo», explicó. En su relato, mencionó cómo a cada concursante se le asignaba un personaje específico, y a él le tocó ser el «borde». Esto, según Tejero, llevó a que la audiencia percibiera una versión distorsionada de su personalidad.
El actor también compartió anécdotas que ilustran la presión que sentía durante las grabaciones. En una conversación con Loles León, bromeó sobre llamar a los productores para que la despidieran, pero la gente se lo tomó en serio. «Todo lo que sale en la tele, la gente se lo cree», lamentó. Además, reveló que recibía instrucciones a través de un pinganillo, lo que aumentaba su incomodidad. «A mí me decían por el pinganillo ‘dale caña a Loles’», comentó, lo que demuestra cómo la producción influía en las interacciones entre los concursantes.
La experiencia de Tejero no es un caso aislado. Otros exconcursantes también han expresado su descontento con el formato del programa. Xuso Jones, presentador del pódcast, compartió su propia experiencia, revelando que perdió siete kilos en diez días debido a la presión y la ansiedad que sentía. «Iba con una expectativa de programa de entretenimiento blanco y ni mucho menos», afirmó. Jones también mencionó que había cosas detrás de cámaras que no se mostraban al público, lo que generaba confusión y desasosiego entre los concursantes.
La revelación de que el programa está guionizado ha generado un debate sobre la autenticidad de los reality shows en general. Muchos espectadores asumen que lo que ven es una representación fiel de la realidad, pero testimonios como el de Tejero y Jones sugieren que hay mucho más en juego. La manipulación de la narrativa y la creación de personajes pueden llevar a una percepción distorsionada de los concursantes, lo que puede tener consecuencias emocionales significativas.
Tejero también habló sobre el impacto que tuvo la experiencia en su salud mental. Después de ver la primera emisión del programa, se sintió abrumado por los comentarios negativos en las redes sociales. «Decían que era un borde, un mierda… Y sobre todo porque es mentira», expresó. La presión de ser juzgado por una audiencia masiva, sumada a la ansiedad que le generaba el formato, lo llevó a decidir no volver a ver el programa. «Era como Drácula cuando ve una cruz. Pensé: ‘Los hijos de puta estos me van a hundir la vida’», reflexionó.
La experiencia de Fernando Tejero en MasterChef Celebrity pone de relieve la complejidad de los reality shows y el impacto que pueden tener en la vida de los participantes. A medida que la audiencia se vuelve más consciente de las dinámicas detrás de cámaras, surge la pregunta de si estos programas pueden seguir siendo considerados entretenimiento genuino. La autenticidad es un valor cada vez más apreciado por los espectadores, y las revelaciones de Tejero y otros exconcursantes podrían llevar a una reevaluación de cómo se producen y se presentan estos programas.
La industria del entretenimiento debe considerar cómo las narrativas construidas afectan no solo a los concursantes, sino también a la percepción del público. La presión por crear contenido atractivo puede llevar a decisiones que comprometen la salud mental y emocional de quienes participan. En un mundo donde la imagen y la percepción son fundamentales, es crucial que los productores y las cadenas de televisión reflexionen sobre la responsabilidad que tienen hacia sus participantes y su audiencia.
Fernando Tejero ha abierto un debate importante sobre la realidad detrás de los reality shows. Su valentía al compartir su experiencia puede ser un primer paso hacia una mayor transparencia en la industria del entretenimiento. A medida que más voces se unan a esta conversación, es posible que veamos un cambio en la forma en que se producen y se consumen estos programas, priorizando la salud y el bienestar de los participantes por encima de la búsqueda de ratings y audiencia.