El pasado 5 de abril, Sevilla se convirtió en el epicentro de una masiva manifestación convocada por la Marea Blanca, en defensa de la sanidad pública. Con más de 20,000 asistentes según la subdelegación del Gobierno, la jornada se enmarcó en la celebración del Día Mundial de la Salud, que se conmemora el 7 de abril. La movilización reunió a profesionales del sector sanitario, pacientes y ciudadanos preocupados por el estado actual de la atención médica en Andalucía.
La manifestación comenzó en la estación de Santa Justa, donde cientos de personas se agruparon con pancartas y banderas que clamaban por una sanidad pública de calidad. Los asistentes expresaron su indignación ante la falta de recursos, la saturación de los servicios y las largas listas de espera que afectan a miles de pacientes. Pepi Fuentes, una de las participantes, compartió su experiencia personal, señalando que su marido tuvo que esperar dos años para ser operado de la espalda, y finalmente tuvo que recurrir a la sanidad privada.
Las historias de los asistentes reflejan una realidad preocupante. Mercedes Rodríguez, otra manifestante, relató que su hija, una bailarina de 22 años, tuvo que esperar un año y medio para ser atendida por un especialista debido a la saturación de la sanidad pública. Cuando finalmente lograron una cita, el diagnóstico fue grave: un trombo que afectaba su corazón y pulmón. Esta situación pone de manifiesto la necesidad urgente de más inversión en el sistema sanitario y la contratación de más profesionales.
Los lemas que resonaron durante la marcha, como «No a la explotación», «Inversión en investigación» y «Refuerzo de la Atención Primaria», reflejan la frustración de los ciudadanos ante lo que consideran un desmantelamiento de la sanidad pública. La falta de especialistas en áreas críticas, como pediatría y dermatología, ha llevado a muchos a buscar atención en la sanidad privada, lo que agrava aún más la crisis del sistema público.
La representación de diferentes municipios en la manifestación fue notable. Desde Utrera hasta Cañada del Rosal, los ciudadanos se unieron para exigir un cambio. Laura García, concejal de Sanidad de Cañada del Rosal, destacó que su localidad ha sufrido recortes en servicios esenciales, lo que ha llevado a una situación insostenible para sus habitantes. A pesar de las propuestas para recuperar los servicios perdidos, la falta de un consultorio adecuado sigue siendo un obstáculo.
La Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama (Amama) también estuvo presente, con su presidenta, Ángela Claverol, al frente. Claverol enfatizó la importancia de recibir atención médica oportuna, especialmente en el contexto del cáncer, donde los retrasos pueden ser fatales. La presidenta de la asociación subrayó que la sanidad pública es la única opción viable para muchas mujeres que enfrentan esta enfermedad, y que necesita más recursos para garantizar una atención adecuada.
El portavoz de Marea Blanca, Sebastián Martín, resaltó que la movilización es un reflejo de la indignación de la población andaluza, que ve cómo sus necesidades de atención médica no son atendidas. La manifestación no solo fue un grito de protesta, sino también un llamado a recuperar la autoestima y el orgullo en la sanidad pública, que alguna vez fue un modelo a seguir en España.
Entre los asistentes se encontraban también figuras políticas, como la secretaria general del PSOE-A, María Jesús Montero, quien celebró la participación ciudadana en la defensa de una sanidad de calidad. Montero destacó la importancia de garantizar que cualquier persona que necesite atención médica pueda recibirla de manera inmediata y en las mejores condiciones posibles.
Por su parte, la consejera de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, Rocío Hernández, expresó su respeto por la manifestación, aunque advirtió sobre el uso político que se hace de la salud. Hernández defendió el compromiso del Gobierno con el sistema sanitario público, señalando que la plantilla de profesionales ha crecido significativamente en los últimos años. Sin embargo, muchos ciudadanos siguen sintiendo que la realidad no refleja estas afirmaciones.
La Marea Blanca en Sevilla ha puesto de relieve la creciente preocupación por la sanidad pública en Andalucía. La movilización ha sido un claro indicador de que los ciudadanos están dispuestos a luchar por sus derechos y por un sistema de salud que garantice atención de calidad para todos. La situación actual exige un diálogo abierto y soluciones efectivas que respondan a las necesidades de la población.