El Estadio de la Cartuja fue el escenario de una final de la Copa del Rey que quedará grabada en la memoria de los aficionados al fútbol. El FC Barcelona se alzó con el trofeo tras un vibrante partido contra su eterno rival, el Real Madrid, que culminó con un marcador de 3-2. La emoción y la intensidad fueron protagonistas en un encuentro que tuvo de todo: goles, polémicas y un despliegue de talento que dejó a los espectadores al borde de sus asientos.
### Un primer tiempo de dominio azulgrana
Desde el inicio del partido, el Barcelona mostró su intención de dominar el juego. Con una posesión del balón que superó el 60%, los azulgranas se hicieron dueños del encuentro. Sin embargo, a pesar de su control, las oportunidades claras de gol no llegaron con la frecuencia esperada. La defensa del Real Madrid, liderada por Rüdiger y Lucas Vázquez, se mostró sólida en los primeros compases del partido, aunque no pudo evitar que el Barcelona se adelantara en el marcador.
El primer gol llegó en el minuto 28, cuando Pedri, tras una gran jugada colectiva, logró un disparo desde el borde del área que sorprendió a Courtois. Este tanto fue el resultado de una presión constante del Barcelona, que había interceptado un pase peligroso de Bellingham. A pesar de que el Real Madrid intentó reaccionar, la primera parte se cerró con un claro dominio de los catalanes, quienes se fueron al descanso con la ventaja en el marcador.
### La reacción del Real Madrid y la prórroga
El segundo tiempo trajo consigo la entrada de Kylian Mbappé, quien cambió el rumbo del partido. Su velocidad y habilidad para desbordar a la defensa rival comenzaron a generar peligro. En el minuto 69, el francés empató el encuentro con un potente disparo que se coló en la portería tras dar en el poste. Este gol revitalizó al Real Madrid, que comenzó a presionar más y a crear ocasiones claras.
Sin embargo, el Barcelona no se quedó atrás. Ferran Torres, uno de los jugadores más destacados del encuentro, volvió a poner a su equipo por delante en el minuto 84, tras una gran asistencia de Lamine Yamal. La emoción estaba en su punto más alto, y el partido se tornó un verdadero tira y afloja entre ambos equipos. El Real Madrid, con el impulso de su afición, logró igualar nuevamente el marcador gracias a un cabezazo de Tchouaméni en un córner, llevando el partido a la prórroga.
La prórroga fue un reflejo del desgaste físico de ambos equipos. Las oportunidades fueron escasas, y el juego se tornó más físico. Sin embargo, fue Jules Koundé quien, en un momento de brillantez, robó un balón en el área rival y lanzó un potente disparo que se coló en la red, desatando la locura entre los seguidores del Barcelona. Este gol, que llegó en el minuto 116, selló el destino del encuentro y otorgó al Barcelona su tan ansiada Copa del Rey.
### Polémicas y expulsiones
El partido no estuvo exento de controversias. A lo largo del encuentro, se produjeron varias decisiones arbitrales que generaron debate. Un penalti a favor del Real Madrid fue anulado en el tiempo reglamentario, y las protestas de los jugadores merengues no se hicieron esperar. Además, las expulsiones de Rüdiger y Lucas Vázquez en el tiempo extra, por protestar al árbitro, añadieron un toque de dramatismo a un partido ya de por sí intenso.
La actuación del árbitro, Ricardo de Burgos Bengoechea, fue objeto de críticas por parte de ambos equipos, quienes consideraron que algunas decisiones no fueron las adecuadas. Sin embargo, esto no restó valor al espectáculo que ofrecieron ambos equipos, que brindaron a los aficionados un partido memorable.
### Un espectáculo para recordar
La final de la Copa del Rey 2024-25 no solo fue un duelo entre dos grandes equipos, sino también un espectáculo que mostró la esencia del fútbol. La calidad de los jugadores, la táctica empleada por ambos entrenadores y la pasión de los aficionados crearon un ambiente único en el Estadio de la Cartuja. Con este triunfo, el FC Barcelona se consagra como campeón, sumando un nuevo trofeo a su rica historia, mientras que el Real Madrid, a pesar de la derrota, demostró una vez más su capacidad de lucha y resiliencia en el campo.
Este partido quedará en la memoria de los aficionados como un ejemplo de lo que el fútbol puede ofrecer: emoción, rivalidad y un espectáculo de calidad que trasciende más allá de un simple resultado.