El Parque Nacional de Doñana, uno de los espacios naturales más emblemáticos de España, se encuentra en una encrucijada crítica. Este parque, que abarca más de 54,000 hectáreas y es reconocido como Patrimonio Mundial de la UNESCO, enfrenta una serie de desafíos que amenazan su biodiversidad y su existencia misma. En el contexto del Día Europeo de los Parques Naturales, la situación de Doñana se torna aún más alarmante, con voces expertas como la del biólogo Javier Castroviejo advirtiendo sobre la inminente desaparición de este ecosistema único.
La riqueza natural de Doñana es innegable. Alberga una variedad de especies, desde aves migratorias hasta linces ibéricos, y cuenta con un mosaico de ecosistemas que incluye marismas, bosques mediterráneos y lagunas. Sin embargo, la falta de agua, provocada por la extracción ilegal de recursos hídricos y la contaminación, ha llevado a la degradación de este entorno. Castroviejo, quien fue director de la Estación Biológica de Doñana, ha señalado que «en Doñana apenas hay vida ya», reflejando la gravedad de la situación.
La crisis hídrica que enfrenta el parque es uno de los problemas más acuciantes. Desde hace más de 25 años, la falta de agua ha afectado gravemente a los humedales, que son esenciales para la vida silvestre. La extracción de agua del subsuelo, muchas veces de manera ilegal, ha llevado al secado de zonas vitales. A pesar de la existencia de leyes que deberían proteger este recurso, la falta de cumplimiento por parte de las administraciones ha exacerbado la crisis. Castroviejo enfatiza que «hay ministerios y gobiernos que tienen que cumplir las leyes, pero no lo hacen», lo que pone en riesgo la supervivencia del parque.
La historia de Doñana está marcada por intentos de restauración y conservación. Desde su declaración como Parque Nacional en 1969, se han implementado diversas normativas, como el Real Decreto-ley 7/1999, que busca garantizar la regeneración hídrica del área. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la situación sigue deteriorándose. La contaminación proveniente de industrias cercanas y la minería también han contribuido a la degradación del ecosistema, afectando tanto a la flora como a la fauna.
La falta de acción por parte de las autoridades ha llevado a una crisis de confianza entre los científicos y la población. Castroviejo critica la inacción de las administraciones, afirmando que «estas cosas han afectado al ciclo hídrico, al paisaje y al patrimonio». La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en 2021, que responsabilizó al Gobierno español por no tomar medidas contra las extracciones excesivas de agua subterránea, es un claro ejemplo de la urgencia de la situación.
A pesar de los desafíos, hay quienes creen que la situación puede revertirse. Castroviejo sostiene que si se cumple el Real Decreto-Ley de 1999, se podrían recuperar muchas de las características que hicieron de Doñana un lugar único. Sin embargo, el tiempo se agota y la posibilidad de alcanzar un punto de no retorno se vuelve cada vez más real. Las especies que una vez prosperaron en el parque, como el lince ibérico y el esturión, están en peligro de extinción, y la biodiversidad que caracterizaba a Doñana se desvanece rápidamente.
El futuro del Parque Nacional de Doñana no solo es una cuestión ambiental, sino también cultural. Este espacio ha sido un hogar para comunidades locales y un símbolo de la riqueza natural de España. La pérdida de Doñana significaría no solo la desaparición de un ecosistema vital, sino también la pérdida de un patrimonio cultural y natural que ha sido parte de la identidad española durante siglos.
La situación actual de Doñana es un llamado a la acción. La colaboración entre las administraciones, la comunidad científica y la sociedad civil es crucial para garantizar la protección de este tesoro natural. La implementación efectiva de las leyes existentes y la creación de nuevas estrategias de conservación son pasos necesarios para asegurar que las futuras generaciones puedan disfrutar de la riqueza que ofrece este parque. La voz de expertos como Javier Castroviejo debe ser escuchada y tenida en cuenta en la toma de decisiones que afecten a este invaluable espacio natural.