El reciente apagón que afectó a la península ibérica ha suscitado un intenso debate sobre la operativa de la Red Eléctrica de España (REE) y la gestión de las energías renovables. Este evento, que dejó a millones de ciudadanos sin suministro eléctrico, ha puesto de relieve las vulnerabilidades del sistema eléctrico español y ha generado críticas tanto desde el sector energético como desde la política. A continuación, se analizan las causas del apagón y las reacciones que ha provocado en el ámbito político y empresarial.
**Causas del Apagón: Un Análisis Técnico**
El apagón del 28 de abril se produjo en un contexto de baja demanda eléctrica y alta penetración de energías renovables. En ese día, tres centrales nucleares estaban fuera de operación, las plantas de gas funcionaban a mínimos y muchas hidroeléctricas estaban en mantenimiento programado. Esta combinación de factores creó un mix eléctrico desafiante. A las 12:30 horas, se registraron tres eventos de pérdida de generación en Granada, Badajoz y Sevilla, que sumaron 2,2 gigavatios (GW). En un breve lapso de tiempo, la frecuencia del sistema cayó, lo que activó desconexiones automáticas de consumo, pero ninguna de estas medidas logró evitar el colapso total del sistema.
Voces internas de la REE han señalado que la falta de experiencia en la gestión de incidentes complejos fue un factor determinante en la crisis. Aseguran que el personal en el centro operativo carecía de la experiencia necesaria para manejar una situación de tal magnitud. Además, se han planteado dudas sobre la capacidad de la REE para interpretar las señales de advertencia que se registraron en los días previos al apagón. Las compañías eléctricas, como Iberdrola, han denunciado que se detectaron oscilaciones crecientes en la tensión de la red, pero que no se tomaron medidas correctivas a tiempo.
La directora general de Operación de REE, Concha Sánchez, se encontraba fuera de Europa en el momento del incidente, lo que ha llevado a algunos a cuestionar la efectividad de la gestión en situaciones críticas. Su ausencia fue notable, ya que su perfil técnico-industrial es fundamental para garantizar la seguridad y el equilibrio del sistema eléctrico. La falta de liderazgo en el momento del apagón ha sido un punto de crítica, especialmente cuando el director de Servicios a la Operación, Eduardo Prieto, fue quien tuvo que dar la cara ante los medios, a pesar de ser un directivo de segundo nivel.
**Reacciones Políticas y Empresariales**
Las reacciones al apagón han sido diversas y han generado un clima de tensión entre las grandes compañías energéticas y la REE. La presidenta de la REE, Beatriz Corredor, ha exonerado a su compañía de cualquier responsabilidad en la operación del sistema eléctrico antes del colapso, centrándose en la responsabilidad de las eléctricas. Sin embargo, desde el sector eléctrico se sostiene que la red operaba al límite de la seguridad y que las alertas previas no fueron atendidas adecuadamente.
El Gobierno español ha abierto investigaciones para esclarecer las causas del apagón y entender por qué la REE no logró aislar la incidencia. La ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha afirmado que el nivel de inercia del sistema eléctrico estaba dentro de los márgenes recomendados y ha descartado problemas relacionados con la cobertura o la dimensión de la red. Sin embargo, la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E), de la que forma parte la REE, también está llevando a cabo su propia investigación, aunque su imparcialidad ha sido cuestionada por las principales compañías eléctricas.
Las críticas no solo provienen del sector energético, sino también del ámbito político. Jordi Sevilla, exministro socialista, ha señalado que se ignoraron las advertencias técnicas sobre la necesidad de adaptar la red y mantener suficiente respaldo síncrono, lo que contribuyó a que el apagón fuera posible. Este tipo de críticas subraya la necesidad de una revisión exhaustiva de la estrategia energética del país, especialmente en un contexto donde la transición hacia energías renovables es cada vez más urgente.
En medio de este panorama, la presión sobre el Gobierno y la REE para mejorar la infraestructura y la gestión del sistema eléctrico se intensifica. La necesidad de un enfoque más robusto y técnico en la supervisión de las energías renovables se hace evidente, así como la importancia de contar con un equipo experimentado y preparado para enfrentar situaciones críticas. La situación actual plantea interrogantes sobre la capacidad de España para garantizar un suministro eléctrico seguro y estable en el futuro, especialmente a medida que se avanza hacia un modelo energético más sostenible.