En las últimas semanas, el sector agroalimentario español ha sido sacudido por una serie de anuncios de expedientes de regulación de empleo (ERE) que han llevado a la reducción de miles de puestos de trabajo. Empresas emblemáticas como Azucarera, Fertiberia, Bimbo, Freixenet y Alcampo han sido protagonistas de estas decisiones, que han generado protestas entre los trabajadores y han puesto de manifiesto la fragilidad del sector ante los cambios económicos y tecnológicos.
Los ERE anunciados inicialmente afectaban a un total de 1.547 empleados, pero tras negociaciones con los sindicatos, esta cifra se ha reducido a 1.291 despidos. La situación ha suscitado un debate sobre las causas y consecuencias de estos recortes, así como sobre el futuro de la cadena agroalimentaria en España.
La directora de Economía Agraria, Estadística y Gestión de Empresas de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas, Ana Velasco, ha señalado que no existe un nexo común entre los ERE, ya que cada empresa presenta su propia singularidad. Sin embargo, ha destacado que la robotización y digitalización de los procesos, así como la adaptación a nuevos hábitos de consumo, son factores que están influyendo en la necesidad de ajustes en las plantillas.
Por su parte, Andreu Gruaas, presidente de la Asociación de Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal (Asempleo), ha coincidido en que, aunque cada ERE tiene causas específicas, hay características comunes que derivan de la internacionalización del sector y la introducción de nuevas tecnologías en los procesos productivos y de comercialización. Esta transformación está obligando a las empresas a adaptarse rápidamente a un entorno en constante cambio.
### Consecuencias de los ERE en Empresas Clave
Uno de los ERE más significativos es el de Azucarera, que ha anunciado la salida de 251 empleados y el cierre de su molturadora en La Baeza (León). Esta decisión ha generado preocupación entre las asociaciones agrarias, que advierten sobre la posible reducción del cultivo de remolacha en el norte de España. La empresa, que forma parte del grupo británico AB Sugar, ha justificado su decisión por los altos costes de operación, la volatilidad de los precios del azúcar y la disminución de la producción de remolacha debido a restricciones en el uso de fitosanitarios.
Fertiberia, por su parte, ha anunciado el despido de 54 de sus 760 trabajadores, argumentando la necesidad de ajustar su estructura a los cambios del mercado y consolidar un modelo de negocio más eficiente. La empresa ha enfrentado pérdidas en sus resultados en los últimos ejercicios, lo que ha llevado a esta drástica medida. Los sindicatos han convocado huelgas en respuesta a estas decisiones, evidenciando la tensión entre la dirección de las empresas y los trabajadores.
Bimbo también ha sido objeto de atención, con un ERE que inicialmente afectaba a 352 trabajadores de su red comercial. La empresa ha argumentado que los cambios en los hábitos de consumo y la competencia de marcas blancas han llevado a esta reestructuración. Tras negociaciones, el número de despidos se ha reducido a un máximo de 302, con opciones de salidas voluntarias y planes de indemnización para los mayores de 55 años.
Freixenet, conocido por su producción de cava, ha presentado un ERE que ha pasado de 180 a 154 despidos, gracias a un preacuerdo alcanzado con los sindicatos. La empresa ha justificado su decisión por la disminución de la producción debido a dos años de sequía y el aumento de los costes de producción.
Alcampo, por su parte, ha anunciado el cierre de 25 supermercados con baja rentabilidad, lo que podría resultar en un máximo de 710 despidos. Sin embargo, tras negociaciones, esta cifra se ha reducido a 530, lo que refleja la presión que enfrentan las empresas para adaptarse a un mercado en transformación.
### La Respuesta de los Trabajadores y el Futuro del Sector
La respuesta de los trabajadores ha sido contundente, con protestas y convocatorias de huelga en varias de estas empresas. Los sindicatos han expresado su preocupación por la tendencia de las empresas a recortar personal como una forma de ahorrar costes, en lugar de explorar alternativas que podrían preservar los empleos.
Sebastián Serena, secretario del sector agroalimentario de UGT-FICA, ha señalado que el sector agroalimentario tiene un gran potencial de crecimiento, pero que las decisiones de las empresas están poniendo en riesgo ese futuro. La centralización de procesos y la digitalización están cambiando la forma en que las empresas operan, lo que puede llevar a una reducción de la mano de obra, pero también a la creación de nuevas oportunidades en otros ámbitos.
El panorama actual plantea desafíos significativos para el sector agroalimentario en España. La necesidad de adaptarse a un entorno cambiante, la presión por la eficiencia y la competencia internacional están llevando a las empresas a tomar decisiones difíciles. Sin embargo, la resistencia de los trabajadores y la búsqueda de soluciones alternativas podrían ser clave para asegurar un futuro sostenible y próspero para la industria agroalimentaria en el país.