La casa de subastas Fernando Durán, una de las más antiguas y reconocidas de Madrid, ha estado en el centro de una controversia relacionada con el comercio de piezas de marfil. Fundada en 1969 por Fernando Durán Bailly-Baylilere, esta firma ha sido un referente en el sector del arte y la platería en España. Desde su creación, la familia Durán ha estado involucrada en el mundo del arte, ofreciendo servicios de tasación y valoración para coleccionistas y particulares. Sin embargo, la reciente atención de la Guardia Civil sobre la venta de piezas de marfil sin la documentación adecuada ha puesto en entredicho la reputación de la casa.
La hija de Fernando, Paloma Durán Machimbarrena, asumió el control de la empresa en 2005. Con formación en gemología e Historia del Arte, Paloma ha mantenido la tradición familiar de ofrecer un servicio de calidad en el ámbito de las subastas. La casa se especializa en diversas disciplinas, incluyendo Arte Contemporáneo, Pintura Antigua, Joyas y Relojes. Sin embargo, la Guardia Civil ha comenzado a investigar la venta de ciertas piezas de marfil que no contaban con el certificado CITES, un documento esencial para la comercialización de especies protegidas en la Unión Europea.
### La Prohibición del Comercio de Marfil en la Unión Europea
El comercio de marfil de elefante está prohibido en la Unión Europea, tanto en su forma bruta como elaborada. Esta normativa busca proteger a las especies en peligro de extinción y prevenir el tráfico ilegal de fauna silvestre. Para poder vender piezas de marfil, es necesario contar con un certificado CITES, que debe ser emitido por la Autoridad Administrativa CITES Nacional. Sin este documento, la comercialización de marfil se considera un delito de tráfico de especies protegidas, y si el valor de las piezas supera los 50,000 euros, puede acarrear cargos por contrabando.
La Guardia Civil, a través de su Patrulla de Comandancia de Protección de la Naturaleza (PACPRONA), ha estado revisando las actividades de la casa de subastas Fernando Durán. En su investigación, se descubrió que varias tallas de marfil estaban siendo ofrecidas a la venta sin la documentación necesaria. Esto ha llevado a la apertura de investigaciones en distintos juzgados de Madrid, donde varios particulares que intentaron vender estas piezas están siendo interrogados. Muchos de ellos afirmaron que los objetos eran herencias familiares y que su valor era mucho menor al que la casa de subastas había estimado.
### Responsabilidad de la Casa de Subastas
La casa de subastas Fernando Durán, al ser un actor importante en el mercado del arte, tiene la responsabilidad de informar a sus clientes sobre la legalidad de las piezas que se ofrecen. Según las fuentes del caso, Paloma Durán ha sido citada como investigada, ya que se le acusa de no haber advertido a los vendedores sobre la necesidad del certificado CITES para la venta de las piezas de marfil. La falta de este aviso podría considerarse un delito contra la flora y fauna, según el artículo 334 del Código Penal español.
La normativa europea establece excepciones para el comercio de marfil en antigüedades e instrumentos musicales. Las antigüedades pueden ser vendidas si se puede demostrar que fueron adquiridas antes del 3 de marzo de 1947 y que han sido transformadas para crear el objeto. Por otro lado, los instrumentos musicales que contengan piezas de marfil solo pueden ser comercializados si el marfil fue adquirido antes de 1975. En ambos casos, se requiere el certificado CITES para validar la legalidad de la transacción.
La situación actual de la casa de subastas Fernando Durán pone de manifiesto la importancia de la regulación en el comercio de piezas de arte y la necesidad de que las empresas del sector cumplan con las normativas vigentes. La protección de las especies en peligro de extinción es un asunto serio que requiere la colaboración de todos los actores involucrados en el mercado del arte. La Guardia Civil continúa su labor de vigilancia para prevenir el tráfico ilegal de especies y asegurar que las casas de subastas operen dentro del marco legal establecido. La reputación de Fernando Durán, construida a lo largo de más de cinco décadas, se encuentra ahora bajo el escrutinio público, y su futuro dependerá de cómo manejen esta crisis y de su compromiso con la legalidad y la ética en el comercio de arte.