La reciente exhumación de los restos de Constancio Allende y Luis Domenech marca un hito significativo en la recuperación de la memoria histórica en España. Estos dos hombres, víctimas de la Guerra Civil, finalmente podrán descansar en paz, en un lugar elegido por sus familias, después de haber sido trasladados al Valle de Cuelgamuros, conocido como el Valle de los Caídos, durante el régimen de Francisco Franco. Este proceso de identificación y reinhumación es parte de un esfuerzo más amplio por parte del gobierno español para abordar las injusticias del pasado y proporcionar dignidad a las víctimas de la guerra y la dictadura.
La exhumación de Allende y Domenech es un paso importante en un proceso que comenzó el 12 de junio de 2023, cuando se iniciaron los trabajos de identificación de restos en el Valle de los Caídos. Hasta la fecha, se han identificado un total de 18 víctimas, un número que refleja el compromiso del gobierno con la memoria democrática. El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha destacado que este esfuerzo no ha estado exento de dificultades, incluyendo acciones judiciales de grupos de ultraderecha que han intentado frenar el proceso. Sin embargo, el compromiso del gobierno sigue siendo firme, y se están realizando esfuerzos continuos para devolver los restos a sus familias.
El Valle de los Caídos, que originalmente fue concebido como un monumento a los caídos en la Guerra Civil, ha sido objeto de controversia desde su creación. En su interior reposan los restos de aproximadamente 30,000 víctimas, muchas de las cuales fueron inhumadas allí sin el consentimiento de sus familias. La exhumación de Allende y Domenech es un paso hacia la resignificación de este lugar, que ha sido criticado por su asociación con el franquismo y la falta de reconocimiento de las víctimas republicanas.
**La Historia de Constancio Allende y Luis Domenech**
Constancio Allende Sancho nació en Vallarta de Bureba, Burgos, en 1904. Provenía de una familia de jornaleros y, tras emigrar a Vitoria-Gasteiz, se convirtió en un combatiente de la 1ª Centuria de Falange de Álava. Su vida se truncó el 2 de noviembre de 1936, cuando fue asesinado en una acción de guerra. Sus restos fueron inicialmente enterrados en el cementerio de Santa Isabel en Vitoria, pero en 1959 fueron trasladados al Valle de los Caídos, donde permanecieron hasta su reciente exhumación.
Por otro lado, Luis Domenech Rivas tuvo una historia diferente. Nacido en Alagón, Zaragoza, en 1911, era un tejero y miembro de la UGT. A diferencia de Allende, Domenech no murió en combate; fue detenido por paramilitares falangistas en 1936 y posteriormente asesinado junto a otros prisioneros. Sus restos fueron enterrados en una fosa común en Biota, y más tarde también fueron trasladados al Valle de los Caídos. La identificación de Domenech fue posible gracias a muestras de ADN obtenidas de un familiar, lo que marca un avance significativo en la identificación de víctimas de la guerra civil.
**El Compromiso con la Memoria Histórica**
El trabajo de identificación y exhumación de víctimas de la Guerra Civil es parte de un esfuerzo más amplio por parte del gobierno español para abordar las heridas del pasado. La Ley de Memoria Democrática, que busca reparar y dignificar a las víctimas de la guerra y la dictadura, ha sido un pilar fundamental en este proceso. El ministro Torres ha enfatizado que esta ley no solo busca reconocer a las víctimas, sino también proporcionar un marco legal para la recuperación de la memoria histórica.
A medida que se avanza en la identificación de restos, se han encontrado desafíos significativos. Las acciones judiciales de grupos de ultraderecha han intentado obstaculizar el proceso, pero el gobierno ha mantenido su compromiso de seguir adelante. Hasta ahora, se han identificado restos de 18 víctimas, provenientes de diferentes municipios, y se espera que este número continúe creciendo a medida que se investiguen más cajas de restos.
La exhumación de Allende y Domenech no solo representa un acto de justicia para sus familias, sino que también simboliza un esfuerzo más amplio por parte de la sociedad española para confrontar su pasado. La memoria histórica es un tema delicado en España, y la recuperación de los restos de las víctimas de la Guerra Civil es un paso crucial hacia la reconciliación y la dignidad. En un país donde el franquismo aún deja huellas profundas, estos actos de memoria son esenciales para construir un futuro más justo y equitativo.