La brucelosis es una enfermedad zoonótica que afecta tanto a animales como a humanos, y en Argentina, la especie Brucella suis es responsable del 60% de los casos detectados. Recientemente, un equipo de investigadoras del CONICET ha dado un paso significativo hacia el desarrollo de una vacuna contra esta enfermedad, que representa un grave problema de salud pública y una carga económica para la producción agropecuaria en el país. Este avance, publicado en la revista Frontiers in Immunology, utiliza un enfoque innovador que podría cambiar el panorama de la prevención de la brucelosis porcina.
### La Brucelosis: Un Problema de Salud Pública
La brucelosis es una enfermedad infecciosa que puede transmitirse a los humanos a través del contacto directo con animales infectados, la ingestión de productos lácteos contaminados o la inhalación de partículas infecciosas. En el ganado, esta enfermedad puede causar abortos, infertilidad y una disminución en la productividad, lo que representa un problema económico significativo para los criadores. A pesar de que existen vacunas para el ganado bovino y caprino, actualmente no hay inmunizaciones aprobadas para los cerdos ni para las personas.
El equipo de investigadoras, compuesto por Mariana Ferrero, Magalí Bialer y Ángeles Zorreguieta, ha estado trabajando en el desarrollo de una vacuna que utiliza vesículas de membrana externa (OMVs) liberadas por la bacteria Brucella suis. Estas OMVs contienen fragmentos de la estructura de la bacteria y permiten diseñar vacunas acelulares, es decir, que no contienen al patógeno completo, lo que reduce el riesgo de provocar la enfermedad en los vacunados.
La investigación se centró en una proteína llamada MapB, que es crucial para mantener la integridad de la envoltura celular de la bacteria. Al utilizar OMVs de cepas bacterianas convencionales y genéticamente modificadas, el equipo logró demostrar que la vacuna basada en las OMVs de la cepa modificada generó una respuesta inmune más fuerte en ratones, lo que sugiere su potencial como una opción viable para la inmunización de cerdos.
### Un Enfoque Innovador en la Vacunación
El enfoque experimental del equipo argentino se aleja de las estrategias tradicionales de vacunación, que suelen utilizar microorganismos inactivados o atenuados. En lugar de ello, se basa en la utilización de OMVs, que son pequeñas partículas que la bacteria libera de forma natural. Estas vesículas permiten activar el sistema inmune sin introducir el patógeno completo, lo que minimiza los riesgos asociados a la vacunación.
Durante el estudio, se vacunaron ratones con las OMVs de ambas cepas y se expusieron a una infección simulada. Los resultados mostraron que los animales vacunados con la cepa modificada presentaron una menor presencia de la bacteria en comparación con los no vacunados. Además, se realizó un análisis de sueros de cerdos infectados naturalmente, que reveló que estos reconocían los antígenos presentes en las OMVs, lo que sugiere que la vacuna podría activar el sistema inmunológico de los cerdos de manera efectiva.
La brucelosis porcina es un problema que ha persistido durante décadas, y la falta de herramientas inmunológicas aprobadas limita las estrategias de prevención tanto en criaderos como en poblaciones humanas expuestas. Este avance en la investigación no solo representa una solución potencial para el control de la brucelosis en cerdos, sino que también podría tener implicaciones para la salud pública, especialmente para aquellos que trabajan en contacto cercano con animales y productos animales.
El trabajo realizado por este equipo de científicas argentinas destaca la importancia de la inversión en investigación y desarrollo en el campo de la salud pública y la sanidad animal. La posibilidad de utilizar OMVs como plataforma vacunal frente a la brucelosis porcina abre nuevas vías para el desarrollo de inmunizaciones más seguras y efectivas, que podrían ser adaptadas para otras especies de Brucella o incluso para uso humano en el futuro.
La brucelosis es un problema global que afecta a millones de personas y animales en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud estima que se notifican cerca de 500,000 casos anuales, aunque el número real podría ser mucho mayor debido a la dificultad de detección en regiones con escaso acceso a servicios médicos. Con 2.4 mil millones de personas viviendo en zonas de riesgo, el desarrollo de vacunas efectivas es crucial para el control de esta enfermedad.
Los hallazgos del equipo argentino son un paso importante hacia la creación de una vacuna contra la brucelosis porcina, que podría ayudar a controlar la transmisión de la bacteria y reducir su impacto en la salud pública y la producción animal. A medida que se avanza hacia ensayos clínicos y validaciones adicionales, la comunidad científica espera que este enfoque innovador pueda contribuir significativamente a la lucha contra la brucelosis y otras enfermedades zoonóticas en el futuro.