La búsqueda de la felicidad es un tema recurrente en la vida de muchas personas. Sin embargo, a pesar de los beneficios ampliamente documentados que la felicidad aporta a la salud física y mental, un creciente número de individuos en todo el mundo enfrenta niveles de insatisfacción emocional. Según el Global Mind Project, desde América Latina hasta Europa y Asia Central, los indicadores de bienestar subjetivo han mostrado un declive sostenido. En este contexto, la terapeuta clínica Anna Lancaster ha compartido su perspectiva sobre cómo construir la felicidad desde el interior, enfatizando que hasta un 60% de nuestro nivel de felicidad depende de las decisiones diarias y del entorno inmediato.
### Errores Comunes que Sabotean el Bienestar Emocional
Lancaster ha identificado cinco errores comunes que pueden obstaculizar el bienestar emocional y ha propuesto herramientas prácticas para superarlos. El primer error es anteponer los hechos al estado emocional. Muchas personas esperan sentirse bien después de que algo positivo ocurra en sus vidas. Sin embargo, Lancaster sugiere invertir esta lógica: cultivar primero las emociones positivas para que la mente y el entorno se alineen en consecuencia. Un ejercicio simple que recomienda es comenzar cada mañana con una visualización de emociones positivas. Este hábito puede ayudar a reconfigurar el cerebro para adoptar una disposición más optimista desde el inicio del día.
El segundo error es reforzar el sesgo negativo del cerebro. La mente humana tiende a dar más peso a las experiencias negativas, lo que puede llevar a una percepción distorsionada de la realidad. Para contrarrestar esto, Lancaster aconseja practicar la gratitud diariamente. Al final de cada jornada, escribir tres cosas buenas que hayan sucedido, por pequeñas que sean, puede fortalecer la resiliencia emocional y elevar los niveles generales de bienestar, como lo demuestran los estudios del psicólogo Martin Seligman, un referente en psicología positiva.
El tercer error radica en el uso de un lenguaje interno destructivo. La forma en que nos hablamos a nosotros mismos tiene un impacto directo en nuestro estado emocional. Frases como «soy un fracaso» o «esto no es para mí» pueden crear conexiones neuronales que perpetúan esas creencias negativas. Lancaster propone cambiar este lenguaje por mensajes de autocompasión, utilizando un tono más amable y comprensivo. Hablarse en tercera persona, como decir «Puedes con esto, Ana», en lugar de «Estoy agobiada», puede ayudar a reducir la carga emocional y fomentar la autoconfianza.
### Estrategias para Reforzar el Bienestar
Otro error común es buscar recompensas rápidas y artificiales. Desde el café matutino hasta el interminable desplazamiento en redes sociales, muchas de nuestras acciones diarias generan breves picos de dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer. Sin embargo, la estimulación constante de este neurotransmisor puede saturar el sistema y disminuir su eficacia, lo que lleva a una pérdida de motivación general. Lancaster sugiere un «reinicio matutino»: evitar el uso del celular, la cafeína y el azúcar durante la primera hora del día. En su lugar, recomienda optar por actividades que proporcionen gratificación sostenida, como leer, aprender algo nuevo o mantener conversaciones profundas.
Por último, el quinto error es descuidar los vínculos significativos. Las relaciones humanas son uno de los mayores predictores de felicidad a largo plazo, según el Estudio Grant de Harvard, uno de los estudios más extensos sobre el bienestar. Para fortalecer estos vínculos, Lancaster aconseja estar verdaderamente presente en las interacciones. Esto implica dejar el teléfono a un lado durante las conversaciones, expresar afecto y programar encuentros presenciales. Un gesto tan simple como enviar un mensaje sincero a un amigo puede marcar una gran diferencia en la calidad de nuestras relaciones y, por ende, en nuestro bienestar emocional.
Integrar la felicidad como una práctica diaria es fundamental. En lugar de postergar la felicidad para el futuro, Lancaster invita a las personas a adoptar pequeños cambios en sus hábitos, reformular su narrativa interna y priorizar el contacto humano. Estas decisiones, aunque parezcan pequeñas, pueden transformar la manera en que experimentamos el día a día y contribuir significativamente a nuestro bienestar emocional. La felicidad no es solo un destino, sino un viaje que se construye con cada elección que hacemos.