En los últimos años, la situación de los migrantes en los aeropuertos españoles ha generado preocupación y debate. Según datos recientes, cerca de 25.000 personas han sido retenidas en las salas de no admitidos de hasta 16 aeropuertos en España, siendo el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas el más afectado, con aproximadamente dos tercios de estas retenciones. Este fenómeno ha crecido notablemente desde la pandemia, lo que plantea interrogantes sobre la gestión de la migración y la política de fronteras en el país.
**Aumento de Retenciones en Aeropuertos Españoles**
El Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas ha registrado un total de 16.604 migrantes retenidos en los últimos cinco años, una cifra que contrasta drásticamente con los 7.139 casos en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. Estos datos fueron proporcionados por el Ministerio de Transportes en respuesta a una solicitud del diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, quien buscaba información sobre el número de personas retenidas en estas instalaciones. Las cifras revelan que, a pesar de las restricciones de movimiento impuestas por la pandemia de Covid-19, el número de migrantes retenidos ha aumentado considerablemente desde que se levantaron dichas restricciones.
Durante los años 2020 y 2021, cuando los vuelos estaban limitados, el número de personas no admitidas fue de 2.720 y 2.732, respectivamente. Sin embargo, en 2022, con la recuperación del tráfico aéreo, las cifras se dispararon: 4.891 personas fueron retenidas en Barajas, mientras que en El Prat la cifra alcanzó 1.456. En 2023 y 2024, las retenciones continuaron en aumento, con 4.347 y 3.645 personas en Barajas, y 1.915 y 2.252 en Barcelona.
Este incremento en las retenciones plantea serias cuestiones sobre la eficacia de las políticas migratorias en España y la capacidad de los aeropuertos para gestionar un flujo creciente de migrantes. Las salas de no admitidos están diseñadas para albergar a aquellos que no han sido autorizados a ingresar al país, y su capacidad varía según el tamaño del aeropuerto. En Barajas, por ejemplo, existen dos salas en las terminales 1 y 4, que están equipadas con camas, separación de géneros y conectividad a internet, entre otros servicios.
**Impacto de la Pandemia y la Recuperación del Tráfico Aéreo**
La pandemia de Covid-19 tuvo un impacto significativo en la movilidad global, y España no fue la excepción. Durante los años de restricciones, la cantidad de migrantes retenidos en los aeropuertos se redujo drásticamente. Sin embargo, una vez que las restricciones fueron levantadas y el tráfico aéreo comenzó a normalizarse, el número de migrantes que intentan ingresar al país ha aumentado, lo que ha llevado a un aumento en las retenciones.
Los datos indican que, tras la pandemia, los aeropuertos más grandes de España, como Barajas y El Prat, han visto un aumento en el número de personas que intentan ingresar sin la documentación adecuada. Esto ha resultado en una mayor presión sobre las instalaciones de retención, que ya estaban diseñadas para manejar un volumen considerable de pasajeros. La situación se complica aún más por la falta de recursos y personal en algunos aeropuertos, lo que puede afectar la calidad de la atención brindada a los migrantes retenidos.
Además, la diferencia en el número de retenciones entre los principales aeropuertos y otros más pequeños es notable. Aeropuertos como Girona y Alicante han registrado cifras mucho más bajas, con 354 y 346 personas, respectivamente, en comparación con los miles que se retienen en Madrid y Barcelona. Esto sugiere que la gestión de la migración en España está fuertemente centralizada en los aeropuertos más grandes, lo que puede generar desigualdades en el tratamiento de los migrantes en diferentes regiones del país.
La situación actual en los aeropuertos españoles refleja un desafío creciente en la gestión de la migración, que requiere una atención urgente por parte de las autoridades. La combinación de un aumento en el número de migrantes y la presión sobre las instalaciones de retención plantea preguntas sobre la efectividad de las políticas migratorias y la necesidad de una revisión de los procedimientos actuales. A medida que España continúa enfrentando estos desafíos, será crucial encontrar un equilibrio entre la seguridad fronteriza y el respeto a los derechos humanos de los migrantes.