La situación actual del diálogo nuclear entre Estados Unidos e Irán se encuentra en un punto crítico. Desde que el acuerdo nuclear, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPA), colapsó en 2018, las relaciones entre ambas naciones se han deteriorado significativamente. Este acuerdo, que fue firmado en 2015, tenía como objetivo limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas internacionales. Sin embargo, la retirada de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump ha llevado a un aumento de las hostilidades y a una creciente percepción de amenaza por parte de Irán.
Las recientes acciones de Israel, que han incluido ataques a instalaciones nucleares iraníes, han exacerbado aún más la situación. Irán ha calificado el diálogo como «inútil» y ha acusado a Estados Unidos de complicidad con Israel, afirmando que las acciones de este último hacen que cualquier intento de negociación carezca de sentido. La cancelación de la ronda de negociaciones prevista para este domingo, mediada por Omán, ha dejado claro que las tensiones están lejos de resolverse. A pesar de esto, Omán ha insistido en que el diálogo sigue siendo la única vía hacia la paz.
### La Percepción de Amenaza Existencial
La percepción de que su régimen está bajo amenaza existencial ha transformado las negociaciones en un campo minado geopolítico. Según el exembajador turco y analista Erdem Ozan, Irán ha dejado de ver su programa nuclear como un instrumento negociable y lo considera ahora un pilar de supervivencia del régimen. Esto aumenta el riesgo de una escalada militar, ya que cualquier ataque a su programa nuclear podría ser visto como un ataque a la propia existencia de Irán.
La situación se complica aún más por la falta de confianza de Irán en Estados Unidos. Los líderes iraníes se preguntan qué garantías tienen de que un acuerdo no será socavado por Israel. Esta desconfianza se ha intensificado tras los recientes ataques israelíes, lo que ha llevado a Irán a adoptar una postura más agresiva en sus negociaciones. La falta de flexibilidad en las negociaciones se debe en gran parte a que el líder supremo, Ali Khamenei, controla el programa nuclear sin contrapesos internos, lo que limita la posibilidad de concesiones.
El analista y activista opositor Kaveh Nematipour ha señalado que si no se logra un acuerdo, la región podría enfrentarse a una guerra prolongada, similar a la situación en Afganistán. Esta guerra no sería necesariamente militar, sino que podría manifestarse a través de conflictos asimétricos y el uso de proxies. La posibilidad de que Irán cierre el Estrecho de Ormuz, por donde transita aproximadamente el 26% del petróleo mundial, es un escenario que podría tener repercusiones económicas globales.
### El Riesgo Nuclear y la Escalada Militar
El riesgo de que Irán busque desarrollar armas nucleares se ha incrementado tras los recientes ataques israelíes. Analistas como Ali Vaez han advertido que si Irán concluye que sus capacidades convencionales no son suficientes para disuadir a Israel, la opción nuclear se volverá más atractiva. Esto plantea un dilema significativo: el objetivo de Israel no solo es dañar las instalaciones nucleares, sino también desestabilizar el régimen iraní, lo que podría provocar una respuesta inesperada.
La ventana para la diplomacia se está cerrando rápidamente. Si no se logran avances en las negociaciones, Irán podría acelerar su programa nuclear, lo que aumentaría las tensiones en la región. Sin embargo, algunos analistas, como Malik al-Abdeh, cuestionan la capacidad de Irán para desarrollar plenamente su programa nuclear, sugiriendo que un cambio de régimen podría ser una posibilidad a largo plazo. Esto podría llevar a una nueva era más favorable a Occidente, aunque no hay garantías de que esto ocurra.
La crisis interna en Irán también juega un papel crucial en esta dinámica. Con un creciente descontento popular y una economía en colapso, el régimen enfrenta su mayor nivel de fragilidad estructural desde 1979. Esto podría influir en la postura de Irán en las negociaciones, ya que cualquier cambio en el liderazgo podría alterar la dirección de su política nuclear.
En resumen, la situación actual entre Irán y Estados Unidos es extremadamente volátil. La falta de confianza, la percepción de amenaza existencial y el riesgo de escalada militar son factores que complican aún más el panorama. A medida que el tiempo avanza, la necesidad de un diálogo efectivo y de garantías de seguridad se vuelve cada vez más urgente, pero las posibilidades de un acuerdo parecen cada vez más remotas.