En los últimos meses, las Comisiones Provinciales de Coordinación contra la Violencia de Género en España han estado analizando el funcionamiento de las pulseras telemáticas, dispositivos diseñados para monitorear a agresores y proteger a las víctimas. Sin embargo, los informes de estas comisiones revelan preocupaciones significativas sobre la eficacia de estos dispositivos, lo que ha llevado a un debate intenso sobre su implementación y la seguridad de las mujeres en riesgo.
Las pulseras telemáticas, que forman parte del sistema Cometa, tienen como objetivo garantizar que los agresores cumplan con las órdenes de alejamiento impuestas por los tribunales. Sin embargo, las actas de las comisiones han documentado múltiples incidencias que contradicen las afirmaciones de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, quien sostiene que los dispositivos funcionan correctamente. En una reunión reciente en Granada, representantes de la Guardia Civil expresaron su preocupación por las disfunciones técnicas del sistema, señalando que hay víctimas que se sienten desprotegidas debido a la falta de respuesta del dispositivo ante violaciones de las órdenes de alejamiento.
### La Realidad de las Víctimas y las Fallas del Sistema
Uno de los casos más alarmantes discutidos en las comisiones fue el de una víctima que, a pesar de tener una pulsera instalada, sufrió múltiples quebrantamientos de la orden de protección. La Guardia Civil presentó pruebas de que el agresor había manipulado el dispositivo para acercarse a la víctima, sin que el sistema Cometa emitiera ninguna alerta. Este tipo de incidentes no solo pone en riesgo la vida de las víctimas, sino que también genera una sensación de impotencia y desconfianza hacia el sistema de protección.
Las actas de las comisiones han dejado claro que las disfunciones en el sistema Cometa son un problema recurrente. En una reunión en Guipúzcoa, se constató que no solo ha habido un aumento en los quebrantamientos de las órdenes de alejamiento, sino que también se ha cuestionado la eficacia de las pulseras en la localización de los agresores. La Ertzaintza y el sector judicial coincidieron en que, en muchas ocasiones, las pulseras no cumplen con su función de manera efectiva, lo que plantea serias dudas sobre su utilidad como herramienta de protección.
Además, se ha señalado que el cambio de empresa adjudicataria para la gestión de los dispositivos ha traído consigo una serie de problemas técnicos que han afectado su funcionamiento. Las quejas incluyen la ilocalización de víctimas, alarmas que se activan sin motivo aparente y la incapacidad del sistema para detectar cuando un agresor se encuentra en una zona prohibida. Estas deficiencias han llevado a algunas víctimas a renunciar a las pulseras, sintiendo que su uso podría perjudicarlas en lugar de protegerlas.
### La Respuesta Institucional y la Necesidad de Auditorías
Ante la creciente preocupación por la eficacia de las pulseras telemáticas, varios actores políticos han comenzado a exigir una revisión exhaustiva del sistema. Yolanda Díaz, una figura destacada en la política española, ha solicitado una investigación sobre los fallos en los dispositivos, subrayando la importancia de esclarecer cualquier deficiencia que pueda poner en riesgo la seguridad de las víctimas. Esta demanda de auditoría se suma a las voces de jueces y representantes de la Guardia Civil que han instado a la necesidad de corregir las disfunciones observadas.
La jefa de la unidad de violencia de género de la Subdelegación del Gobierno en Granada ha reconocido que la implementación de las pulseras ha presentado desafíos desde el cambio de empresa, y ha afirmado que cualquier problema se comunica a la Delegación para su resolución. Sin embargo, la falta de confianza en el sistema persiste, y muchas víctimas temen que las pulseras no sean una solución efectiva para su protección.
La situación actual plantea un dilema crítico: ¿cómo se puede garantizar la seguridad de las víctimas de violencia de género si los dispositivos diseñados para protegerlas no funcionan adecuadamente? La respuesta a esta pregunta es fundamental para el futuro de la política de igualdad y protección en España. La necesidad de un enfoque más riguroso y efectivo en la implementación de medidas de protección es evidente, y la voz de las víctimas debe ser escuchada y tenida en cuenta en la formulación de políticas.
En resumen, la situación de las pulseras telemáticas en España refleja un desafío significativo en la lucha contra la violencia de género. Las disfunciones en el sistema Cometa han puesto en evidencia la necesidad de una revisión y mejora urgente de los dispositivos de protección. La seguridad de las víctimas debe ser la prioridad, y es imperativo que se tomen medidas efectivas para garantizar que los sistemas de protección funcionen como se espera, brindando a las mujeres la seguridad y la confianza que merecen.