La relación entre la actividad física y la salud cardiovascular ha sido objeto de numerosos estudios, pero un reciente análisis ha revelado diferencias significativas en cómo hombres y mujeres se benefician del ejercicio. Esta investigación, que abarcó a más de 85,000 personas, sugiere que las recomendaciones actuales sobre la actividad física podrían necesitar ajustes para reflejar estas diferencias de género.
### Impacto del Ejercicio en la Salud Cardiovascular
El estudio, publicado en una revista de renombre, se centró en la enfermedad coronaria (EC) y la aterosclerosis, analizando datos del UK Biobank. Los resultados fueron sorprendentes: las mujeres que cumplían con el mínimo de ejercicio recomendado mostraron una reducción del 22% en el riesgo de EC, en comparación con el 17% en los hombres. Este hallazgo pone de manifiesto que, aunque ambos sexos se benefician del ejercicio, las mujeres parecen obtener mayores beneficios relativos.
Además, el estudio reveló que las mujeres que realizaban 250 minutos de actividad física semanal lograban una disminución del 30% en el riesgo de enfermedad coronaria. En contraste, los hombres necesitaban más de 530 minutos para alcanzar un resultado similar. Esta diferencia en la cantidad de ejercicio necesaria para obtener beneficios similares plantea preguntas sobre cómo se establecen las pautas de actividad física.
Para aquellos que ya padecían enfermedad coronaria, los resultados fueron igualmente reveladores. Las mujeres activas tenían un 70% menos de riesgo de muerte, mientras que los hombres solo lograron una reducción del 19%. Para que los hombres alcanzaran un efecto similar, debían realizar cerca de 85 minutos de ejercicio por semana, en comparación con los 51 minutos requeridos para las mujeres.
Los autores del estudio sugieren que el estrógeno podría ser un factor clave en esta diferencia. Esta hormona, que se encuentra en niveles más altos en las mujeres, podría ofrecer una protección adicional contra las enfermedades cardíacas. La disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia se ha asociado con un aumento del riesgo cardiovascular, lo que refuerza la hipótesis de su papel protector.
### Brechas en el Cumplimiento de las Recomendaciones de Ejercicio
A pesar de los beneficios evidentes del ejercicio, el estudio también destacó una brecha preocupante en el cumplimiento de las recomendaciones de actividad física. Aunque las mujeres obtienen mayores beneficios relativos, son menos propensas a cumplir con la dosis mínima de ejercicio recomendada. Según los datos, menos de la mitad de los adultos estadounidenses (47%) alcanza estos niveles, y la proporción es aún menor entre aquellos con enfermedad coronaria.
En Estados Unidos, solo el 33% de las mujeres cumple con las recomendaciones de actividad física, en comparación con el 43% de los hombres. Esta diferencia de género en el cumplimiento de las pautas de ejercicio es un tema que merece atención, ya que podría tener implicaciones significativas para la salud pública.
Para abordar esta brecha, expertos en salud sugieren que se deben implementar estrategias que fomenten la actividad física en las mujeres. Algunas recomendaciones incluyen la incorporación de caminatas cortas a lo largo del día, considerar tareas domésticas como jardinería o limpieza como formas válidas de ejercicio, y elegir actividades que sean agradables y sostenibles. La clave está en la constancia y en realizar cambios graduales que se integren en la vida diaria.
Además, es fundamental que las recomendaciones de actividad física se adapten a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres. Estudios recientes han demostrado que las respuestas al ejercicio pueden variar significativamente entre los géneros, lo que sugiere que las estrategias de prevención cardiovascular deben ser personalizadas.
La investigación también ha resaltado la importancia de considerar el estilo de vida en la reducción del riesgo cardiovascular, especialmente en mujeres con antecedentes o predisposición genética a trastornos cardiovasculares. Intervenciones basadas en el estilo de vida, como el aumento de la actividad física, han demostrado ser efectivas en la reducción del riesgo cardiovascular, incluso en grupos con factores de riesgo elevados.
En resumen, la evidencia sugiere que las diferencias de género en la actividad física y la salud cardiovascular son significativas y deben ser consideradas en la formulación de políticas de salud pública. A medida que se continúan realizando investigaciones en este campo, es crucial que se adapten las recomendaciones de ejercicio para maximizar los beneficios para todos, independientemente del género.
