En los últimos años, el discurso de odio ha cobrado una alarmante relevancia en las redes sociales, manifestándose a través de mensajes hostiles, desinformación y contenido racista, xenófobo y homófobo. Este fenómeno ha llevado a un incremento notable de la violencia y la polarización social, como se evidenció recientemente en Torre Pacheco, Murcia, donde una agresión a un jubilado provocó enfrentamientos entre grupos de ultraderecha y ciudadanos de origen marroquí. La situación ha despertado la preocupación de las autoridades, que han decidido tomar medidas concretas para abordar este problema.
El Gobierno español ha anunciado la creación de un grupo de seguimiento permanente que trabajará en colaboración con las principales plataformas digitales, como Meta, X, TikTok y Google. El objetivo de esta iniciativa es analizar la eficacia de estas empresas en la retirada de contenidos que fomentan el odio y la violencia. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha enfatizado la importancia de esta colaboración, señalando que lo que ocurre en el ámbito digital tiene repercusiones en la vida real. En este sentido, el Gobierno no pretende ignorar la creciente ola de odio que se manifiesta en las redes sociales.
### La Realidad del Discurso de Odio en Números
Los datos proporcionados por el ministerio son preocupantes. En los primeros seis meses de 2025, se han detectado más de medio millón de discursos de odio, de los cuales las plataformas digitales han retirado aproximadamente el 33%. Este porcentaje se mantiene similar al del año anterior, lo que indica que, a pesar de los esfuerzos, la situación no ha mejorado significativamente. En 2024, el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia notificó un total de 2.870 contenidos de odio que podían ser constitutivos de delito o que violaban las normas de conducta de las plataformas. De estos, solo se retiraron 1.010, lo que representa un 35% del total, una cifra que ha disminuido en comparación con el año anterior.
La ministra Saiz ha subrayado la necesidad de redoblar esfuerzos para que los contenidos de odio sean eliminados de manera más eficaz y rápida. Los mensajes denigrantes causan más daño cuanto más tiempo permanecen en línea, lo que hace urgente la implementación de medidas más efectivas. En este contexto, se ha observado que la figura del «trusted flagger» o comunicante fiable se ha consolidado como el mecanismo más eficaz para la retirada de contenido de odio. En 2024, el 26% de las notificaciones realizadas a través de este canal resultaron en la eliminación de contenido, en comparación con solo el 9% de las notificaciones realizadas por usuarios comunes.
### Estrategias para Combatir el Odio en Línea
El Gobierno ha instado a las plataformas digitales a fortalecer sus mecanismos de moderación para crear entornos digitales más seguros y respetuosos. Durante la reunión con los responsables de estas empresas, se discutieron estrategias que podrían contribuir a una mejor gestión del contenido de odio. La ministra Saiz ha enfatizado la importancia de fomentar la denuncia desde perfiles de usuarios comunes, animando a la ciudadanía a utilizar los canales de comunicación disponibles para reportar contenido dañino.
Los datos de 2025 muestran que la tendencia de eficacia en la retirada de contenido de odio se mantiene. Solo el 10% de los contenidos notificados por usuarios normales fueron eliminados, mientras que la vía de «trusted flagger» logró una tasa de eliminación del 23%. TikTok ha destacado con un 47% de eficacia en este sentido, seguido de Instagram (37%), YouTube (25%), Facebook (23%) y X (7%). Estos números evidencian la prioridad que las plataformas otorgan a los comunicantes fiables, lo que sugiere que una colaboración más estrecha entre las autoridades y las empresas tecnológicas podría ser clave para abordar el problema del discurso de odio.
La situación actual del discurso de odio en las redes sociales es un reflejo de tensiones sociales más amplias que requieren atención y acción. La creación de un grupo de seguimiento permanente y la colaboración con plataformas digitales son pasos importantes, pero es evidente que se necesita un enfoque más integral y efectivo para combatir esta problemática. La sociedad civil, las autoridades y las plataformas deben trabajar juntos para construir un entorno digital donde el respeto y la inclusión sean la norma, y donde el odio no tenga cabida.