La situación de María, una trabajadora de Mercadona en Ciudad Real, ha puesto de manifiesto una serie de problemas graves dentro de la empresa, que van desde el acoso sexual hasta la falta de apoyo institucional para las víctimas. Tras presentar una denuncia por agresiones sexuales en su lugar de trabajo, María se ha visto atrapada en un laberinto de burocracia y desinterés por parte de la empresa, lo que ha agravado su estado de salud mental y su situación laboral.
### La Denuncia y el Acoso Sexual
María, cuyo nombre ha sido cambiado por razones de privacidad, ha denunciado múltiples agresiones sexuales por parte de su coordinador. Según la acusación, el superior de María la acosó en al menos 12 ocasiones, tocándola de manera inapropiada y haciendo comentarios que menoscababan su libertad sexual. Esta situación culminó en una crisis de ansiedad que llevó a María a buscar asistencia médica y psicológica, lo que ha sido un proceso doloroso y desgastante.
La Fiscalía provincial ha intervenido en el caso, recomendando la apertura de un juicio y sugiriendo una pena de casi cinco años de cárcel para el acusado. Sin embargo, a pesar de la gravedad de las acusaciones y de la intervención de la justicia, Mercadona ha optado por no investigar internamente el caso. La empresa ha argumentado que no existen «hechos constatables» que justifiquen la apertura de un protocolo de acoso, a pesar de que la Fiscalía ha considerado que hay suficientes indicios para proceder legalmente.
Este tipo de respuesta por parte de Mercadona ha generado un gran malestar entre los empleados, quienes han comenzado a alzar la voz sobre otros casos de acoso laboral y maltrato dentro de la empresa. Muchos trabajadores han compartido sus experiencias, revelando un patrón de comportamiento que sugiere una cultura empresarial que minimiza o ignora las denuncias de acoso y violencia en el lugar de trabajo.
### La Respuesta de Mercadona y el Impacto en los Empleados
La negativa de Mercadona a abrir un protocolo de acoso ha llevado a la afectada a solicitar la extinción de su contrato, una petición que la empresa ha rechazado. En lugar de ofrecer una solución adecuada, Mercadona ha propuesto trasladar a María a otra tienda, lo que no solo no resuelve el problema, sino que también podría complicar su situación personal, dado que la nueva ubicación estaría a una mayor distancia de su hogar.
Además, la empresa ha realizado un informe de Evaluación de Riesgos Psicosociales que, según ellos, no encontró indicios de acoso. Sin embargo, este informe ha sido criticado por el sindicato Maysa, que argumenta que no puede ser utilizado como justificación para no activar un protocolo de acoso. La falta de acción por parte de Mercadona ha llevado a muchos a cuestionar la integridad de sus políticas de recursos humanos y su compromiso con el bienestar de sus empleados.
El impacto de esta situación en la salud mental de María ha sido devastador. Desde diciembre de 2023, se encuentra de baja, y aunque la Seguridad Social cubre el 75% de su salario, Mercadona ha dejado de aportar el 25% restante, lo que ha agravado su situación económica y emocional. La falta de apoyo financiero y emocional por parte de la empresa ha sido un golpe duro para María, quien ya está lidiando con las secuelas del acoso.
La secretaria general del sindicato Maysa, Sonia Argüelles, ha expresado su indignación ante la situación, afirmando que es inaceptable que una empresa de la magnitud de Mercadona actúe de esta manera. Argüelles ha señalado que este tipo de recortes salariales y la falta de apoyo a los trabajadores que sufren acoso son prácticas que deben ser denunciadas y erradicadas.
La situación de María es un reflejo de un problema más amplio en el entorno laboral, donde muchas víctimas de acoso sexual y laboral se sienten desprotegidas y desamparadas. La falta de acción por parte de las empresas y la cultura del silencio que a menudo rodea estos casos son barreras que deben ser superadas para garantizar un ambiente de trabajo seguro y respetuoso para todos los empleados.
El caso de María ha puesto de relieve la necesidad urgente de que las empresas implementen políticas efectivas para prevenir y abordar el acoso en el lugar de trabajo. Es fundamental que se establezcan protocolos claros y que se garantice que las denuncias sean tratadas con seriedad y respeto. Solo así se podrá construir un entorno laboral donde todos los empleados se sientan seguros y valorados.