El expresidente del Gobierno español, Felipe González, ha expresado su descontento con la dirección actual del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y ha anunciado que no votará por este partido en las próximas elecciones generales. Esta decisión se basa en su oposición a la ley de amnistía que, según él, representa una «barrabasada» y una «autoamnistía» que deshonra a los principios democráticos del PSOE. En una reciente entrevista, González no escatimó en críticas hacia el actual líder del partido, Pedro Sánchez, a quien acusó de aferrarse al poder a pesar de haber perdido apoyo en las urnas.
González, quien ha sido una figura clave en la historia del socialismo español, considera que la ley de amnistía no solo es un error político, sino que también socava el Estado de derecho. En sus palabras, esta norma es una «vergüenza» para cualquier demócrata que alguna vez haya apoyado al PSOE. Su rechazo a la ley se basa en la creencia de que esta medida no solo perdona a los culpables de actos ilegales, sino que también envía un mensaje equivocado sobre la justicia y la responsabilidad.
### La Crítica a la Ley de Amnistía
La ley de amnistía ha sido un tema controvertido en la política española, especialmente en el contexto del conflicto en Cataluña. González ha calificado la ponencia del Tribunal Constitucional sobre esta ley como «batata» y «bazofia», argumentando que no se ajusta a los principios del Estado de derecho. Para él, la amnistía es un acto que no solo perdona a los infractores, sino que también implica una rendición del Estado ante aquellos que han desafiado sus leyes.
El expresidente ha sido claro al afirmar que no apoyará a ningún partido que respalde esta ley, lo que pone en una posición complicada a Sánchez, quien ha defendido la amnistía como un paso necesario para la reconciliación en el país. González ha enfatizado que, si esta situación se consolida, él nunca apoyará a quienes hayan participado en lo que considera un acto de corrupción política.
Además, González ha criticado la falta de un proyecto claro por parte del PP, sugiriendo que, aunque no está dispuesto a votar por el PSOE, tampoco ve en el Partido Popular una alternativa viable. Su preocupación radica en que la política actual no ofrece una representación adecuada para los ciudadanos, lo que ha llevado a una «crisis de orfandad representativa» entre los votantes.
### La Cuestión del Gasto Militar y la Relación con EE.UU.
En la misma línea de críticas, González también ha abordado el tema del gasto militar, especialmente en relación con el compromiso de España de aumentar su gasto en defensa al 5% del PIB para 2035, un acuerdo ratificado por los aliados de la OTAN. Aunque Sánchez ha intentado distanciarse de esta cifra, González ha señalado que la falta de coherencia en la política de defensa de España es preocupante.
El expresidente ha manifestado que, aunque no está de acuerdo con el aumento del gasto militar, considera que es fundamental ser coherente en la política exterior. Criticó a Sánchez por ofender a los socios de la Unión Europea con sus justificaciones y por no asumir una postura clara en la cumbre de la OTAN. González ha calificado de «vergonzoso» el comportamiento de algunos líderes europeos que parecen alinearse ciegamente con las políticas de Estados Unidos, lo que, según él, pone en riesgo la autonomía de España en el ámbito internacional.
González ha instado a Sánchez a convocar elecciones generales, argumentando que la situación actual del PSOE es insostenible. Ha pedido un cambio de liderazgo que pueda restaurar la imagen del partido y devolverlo a sus raíces socialdemócratas. En su opinión, el PSOE debe ser un partido que respete la Constitución y las instituciones del Estado, y que esté comprometido con una política socialdemócrata que beneficie a la mayoría de los ciudadanos.
El expresidente ha dejado claro que su apoyo a un futuro candidato del PSOE, como Eduardo Madina, no implica un respaldo incondicional, ya que ha tenido malas experiencias en el pasado al apoyar a candidatos que no han logrado salir adelante. La situación actual del PSOE, marcada por la controversia de la ley de amnistía y la falta de un proyecto claro, ha llevado a González a una profunda reflexión sobre el futuro del partido y su papel en la política española.
En resumen, las críticas de Felipe González a la ley de amnistía y a la dirección actual del PSOE reflejan un descontento profundo con la política actual en España. Su llamado a un cambio de liderazgo y a una política más coherente en defensa y justicia resuena en un contexto donde muchos ciudadanos buscan una representación más auténtica y comprometida con los valores democráticos.