El Sevilla Femenino se enfrentó a un duro desafío en la final de la Copa de Andalucía, donde se midió nuevamente contra el Granada, su rival de la temporada pasada. A pesar de mostrar un juego sólido y competitivo, las sevillistas no lograron superar a un Granada que se mostró más efectivo en momentos clave del partido. Este encuentro no solo fue una oportunidad para buscar el tercer título en la historia del club, sino también una prueba de la capacidad del equipo para adaptarse y mejorar de cara a la nueva temporada.
### Un partido lleno de emociones y oportunidades
Desde el inicio del encuentro, ambos equipos mostraron una clara intención de buscar la portería rival. El Sevilla, dirigido por David Losada, comenzó con un ritmo intenso, pero fue el Granada quien se adelantó en el marcador gracias a un gol de Lauri, que aprovechó un descuido en la defensa sevillista. Este primer tanto generó un impacto inmediato en el juego, ya que el Granada se mostró más confiado y comenzó a dominar el balón.
Sin embargo, el Sevilla no se dejó amedrentar y, tras un periodo de adaptación, comenzó a crear oportunidades. Rosa Márquez, quien regresó a la convocatoria tras perderse las semifinales, se asoció con Alba Cerrato, quien logró igualar el marcador antes del descanso con un gol que evidenció su capacidad goleadora. Este tanto fue un alivio para las sevillistas, que habían estado bajo presión y necesitaban recuperar la confianza en su juego.
A pesar de terminar la primera mitad con un buen impulso, el Sevilla no pudo mantener la misma intensidad tras el descanso. En un giro inesperado, el Granada aprovechó dos jugadas a balón parado en los primeros minutos de la segunda mitad, lo que les permitió ampliar su ventaja a 3-1. La defensa sevillista, que había mostrado solidez en momentos anteriores, se vio sorprendida por la efectividad del rival en estas situaciones, lo que resultó ser un factor decisivo en el desarrollo del partido.
### La reacción del Sevilla y el camino hacia la Liga F
Con el marcador en contra, David Losada no dudó en realizar cambios estratégicos para intentar revertir la situación. La entrada de Kanteh y Wifi aportó frescura al ataque sevillista, y fue precisamente Kanteh quien asistió a Andrea Álvarez para que esta anotara el segundo gol del Sevilla, reavivando las esperanzas del equipo. Este gol demostró que, a pesar de las adversidades, el Sevilla Femenino tiene la capacidad de luchar hasta el final.
A medida que el tiempo avanzaba, el Sevilla intensificó su búsqueda del empate, creando varias oportunidades que, lamentablemente, no se concretaron. La portera del Granada, Laura Pérez, se convirtió en una de las figuras del partido al realizar intervenciones clave que evitaron que las sevillistas igualaran el marcador. A pesar de los esfuerzos finales, el Sevilla no logró marcar el gol que les habría dado la oportunidad de forzar la prórroga, lo que dejó a las jugadoras con un sabor amargo tras el pitido final.
El Sevilla Femenino ahora se prepara para su debut en la Liga F, donde tendrán la oportunidad de demostrar su valía y aprender de esta experiencia. La derrota en la Copa de Andalucía puede servir como un impulso para el equipo, que deberá afinar su puntería y mejorar su rendimiento en los partidos venideros. La temporada promete ser un reto emocionante, y las jugadoras están decididas a dejar atrás esta final y enfocarse en sus objetivos en la liga.
La final de la Copa de Andalucía no solo fue un evento deportivo, sino también una oportunidad para que el Sevilla Femenino demostrara su crecimiento y potencial. A medida que se acerca el inicio de la Liga F, el equipo tiene la oportunidad de aprender de sus errores y construir sobre las bases de su rendimiento en la copa. La afición espera con ansias ver cómo se desarrollará la temporada y si el Sevilla Femenino podrá alcanzar nuevas alturas en el fútbol femenino español.