Cada año, las enfermedades cardíacas se posicionan como la principal causa de muerte a nivel mundial, afectando a millones de personas. Sin embargo, la Dra. Nour Makarem, epidemióloga cardiovascular de la Universidad de Columbia, ha destacado en su reciente participación en un pódcast que muchos de los factores de riesgo asociados a estas patologías son modificables. Adoptar hábitos saludables puede reducir el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular en más de la mitad, incluso en individuos con predisposición genética.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las enfermedades cardiovasculares son responsables de un número alarmante de muertes cada año. A menudo, se asocia la predisposición genética con un destino inevitable en términos de salud cardíaca. Sin embargo, la Dra. Makarem enfatiza que esta percepción es errónea. «Es absolutamente falso que si una persona tiene antecedentes familiares de enfermedades cardíacas no haya medidas que pueda tomar para prevenir un ataque cardíaco o un derrame cerebral», afirma.
### Comprendiendo los Factores de Riesgo
Las enfermedades cardíacas suelen originarse por el estrechamiento de las arterias que suministran sangre al corazón, un proceso que puede desarrollarse durante décadas. La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo, descrito por la Dra. Makarem como un «asesino silencioso». Este tipo de hipertensión no presenta síntomas evidentes, lo que puede llevar a las personas a ignorar su condición. La Dra. Makarem advierte que es crucial realizar controles regulares para detectar la presión arterial alta, ya que su control puede ser una de las mejores estrategias para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Además de la hipertensión, otros factores de riesgo tradicionales incluyen una mala alimentación, el sedentarismo, el tabaquismo y la obesidad. Sin embargo, investigaciones recientes han comenzado a resaltar la importancia de factores menos conocidos, como la calidad del sueño y los ritmos circadianos. La Dra. Makarem subraya que muchas personas subestiman la importancia del sueño en la prevención de enfermedades cardíacas. De hecho, quienes tienen horarios de sueño irregulares pueden duplicar su riesgo de enfermedad cardíaca, un impacto comparable al de fumar o tener diabetes.
### La Importancia del Sueño y los Ritmos Circadianos
La Dra. Makarem explica que la salud del sueño es un concepto multidimensional que incluye la duración, la regularidad y la calidad del sueño. Dormir entre siete y ocho horas por noche y mantener horarios consistentes de sueño y vigilia son prácticas que se asocian con un menor riesgo cardiovascular. Además, crear un entorno propicio para el descanso puede ser fundamental para mejorar la calidad del sueño.
Los ritmos circadianos, que regulan el ciclo de sueño, alimentación y actividad física, también juegan un papel crucial en la salud cardiovascular. Mantener horarios regulares para las comidas y el ejercicio contribuye a una mayor estabilidad circadiana. La Dra. Makarem menciona que estudios han demostrado que desayunar temprano y evitar cenas copiosas se relaciona con una menor presión arterial y niveles de glucosa más bajos, lo que sugiere un efecto protector de la rutina diaria sobre la salud.
La Dra. Makarem también destaca que, incluso en etapas avanzadas de la vida, mejorar la calidad del sueño puede tener beneficios significativos para la salud del corazón, independientemente de la predisposición genética. «Cualquier mejora en su sueño a lo largo de su vida tendrá un beneficio en su riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas», afirma.
### Estrategias para Mejorar la Salud Cardíaca
La Dra. Makarem comparte los «8 Esenciales» para la salud cardíaca, según la Asociación Americana del Corazón, que incluyen:
1. **Alimentación saludable**: Preferir patrones como la dieta mediterránea o DASH.
2. **Actividad física regular**: Al menos 150 minutos semanales de intensidad moderada.
3. **Evitar tabaco y nicotina**: Esto incluye el vapeo y la exposición al humo ajeno.
4. **Salud del sueño**: Mantener hábitos que favorezcan un descanso reparador.
5. **Control de la presión arterial**: Realizar chequeos periódicos.
6. **Control del colesterol**: Mantener niveles saludables.
7. **Control de la glucosa en sangre**: Monitorear los niveles de azúcar.
8. **Mantenimiento de un peso saludable**: Mantener un índice de masa corporal adecuado.
La Dra. Makarem enfatiza que estos factores no solo previenen enfermedades cardíacas, sino que también mejoran la salud general y la calidad de vida. Además, es importante recordar que nunca es tarde para adoptar cambios positivos en el estilo de vida. La salud cardíaca es un aspecto fundamental que puede influir en la longevidad y en la calidad de vida, y cada pequeño cambio puede tener un impacto significativo en el bienestar general.