El sector ferroviario español se enfrenta a una nueva jornada de huelga el próximo 1 de abril, convocada por el sindicato CGT, que afecta tanto a Renfe como a Adif. Esta movilización se produce en un contexto de creciente descontento entre los trabajadores, quienes consideran que el reciente acuerdo firmado entre el Ministerio de Transportes, la Generalitat de Catalunya y otros sindicatos no aborda adecuadamente sus preocupaciones.
La huelga está programada para comenzar a las 11:00 horas en la estación de Santa Justa en Sevilla y también se llevará a cabo en la estación María Zambrano de Málaga. Posteriormente, el 3 de abril, los trabajadores se concentrarán frente al Ministerio de Transportes en Madrid. La decisión de continuar con las huelgas de 24 horas se basa en la percepción de que el acuerdo actual no garantiza la estabilidad laboral ni la calidad del servicio público ferroviario.
Los representantes del CGT han expresado su descontento, calificando el pacto como «la vergüenza» y advirtiendo que podría abrir la puerta a la privatización y desmantelamiento del servicio público. En su comunicado, el sindicato ha recordado que la historia ha demostrado que las promesas de continuidad a menudo terminan en recortes y precarización del empleo.
Para mitigar el impacto de la huelga en los usuarios, el Ministerio de Transportes ha establecido una serie de servicios mínimos. En el caso de Cercanías, se mantendrá el 75% del servicio habitual durante las horas punta, que son de 6:00 a 9:00, de 13:30 a 15:30 y de 18:30 a 20:30. En el servicio de Media Distancia, funcionará el 65% de los trenes, mientras que en Alta Velocidad y Larga Distancia se garantizará el 72% de los servicios.
La justificación de estas movilizaciones radica en la percepción de que la privatización encubierta y la precarización del empleo son problemas que deben ser abordados. Los trabajadores del sector ferroviario han manifestado su intención de seguir luchando por sus derechos y por la defensa de un servicio público de calidad.
La situación en la estación de Santa Justa ha generado caos e indignación entre los usuarios, quienes han expresado su frustración por la falta de información por parte de Renfe. Este descontento se suma a la creciente preocupación por el futuro del transporte ferroviario en España, donde muchos temen que la privatización afecte la calidad y accesibilidad del servicio.
En este contexto, la huelga del 1 de abril se presenta como una oportunidad para que los trabajadores del sector ferroviario hagan oír su voz y exijan cambios significativos en la gestión y operación de los servicios ferroviarios en España. La respuesta del Ministerio de Transportes y la reacción de los usuarios serán claves para determinar el futuro de estas movilizaciones y el rumbo del sector ferroviario en el país.