Investigadores del Instituto Weizmann en Israel han desarrollado un enfoque innovador para mejorar la eficacia de la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer. Este avance se centra en manipular la producción de proteínas en células cancerosas, lo que permite al sistema inmunológico reconocer y atacar tumores que antes lograban evadir la detección.
La inmunoterapia ha transformado el tratamiento del cáncer al involucrar al sistema inmunológico del paciente en la lucha contra los tumores. Sin embargo, su efectividad ha sido limitada, ya que solo un pequeño porcentaje de pacientes responde positivamente a este tipo de tratamiento. Esto se debe a que muchas células cancerosas presentan pocas mutaciones, lo que dificulta que el sistema inmunológico las identifique como amenazas.
El nuevo enfoque, liderado por la profesora Yardena Samuels, se basa en interrumpir el proceso de traducción genética en las células cancerosas. Este proceso es crucial para la producción de proteínas, y al alterarlo, se induce a las células cancerosas a producir una variedad de proteínas anómalas que el sistema inmunológico puede reconocer. En un estudio reciente publicado en la revista Cancer Cell, los investigadores demostraron que esta manipulación aumenta significativamente la respuesta inmune contra los tumores en modelos de ratón.
El equipo utilizó ingeniería genética para eliminar una enzima clave en el proceso de traducción, lo que llevó a la producción de proteínas alteradas en las células de melanoma humano. Al hacerlo, lograron identificar 34 nuevas proteínas que podrían servir como dianas para el sistema inmunológico. Este hallazgo es crucial, ya que abre la puerta a nuevas estrategias para el desarrollo de tratamientos inmunológicos más efectivos.
Además de aumentar el número de objetivos para el sistema inmunológico, el estudio también abordó un problema común en la inmunooncología: el agotamiento de los linfocitos T citotóxicos, las células responsables de atacar las células cancerosas. Los investigadores encontraron que, al combinar su nuevo enfoque con tratamientos inmunoterapéuticos existentes, lograron revitalizar la respuesta inmune, lo que resultó en la erradicación o reducción significativa de los tumores en aproximadamente el 40% de los ratones tratados.
Este avance no solo tiene implicaciones para el tratamiento del melanoma, sino que también podría aplicarse a otros tipos de cáncer. La profesora Samuels y su equipo están explorando la posibilidad de utilizar este enfoque en cánceres de mama, páncreas y colorrectal, lo que podría ampliar significativamente las opciones de tratamiento para pacientes que actualmente no son candidatos para la inmunoterapia.
Un aspecto notable de este estudio es su potencial para cambiar la forma en que los oncólogos evalúan la elegibilidad de los pacientes para la inmunoterapia. Actualmente, los médicos tienden a recetar este tipo de tratamiento a pacientes cuyos tumores presentan un alto número de mutaciones. Sin embargo, los investigadores han demostrado que los niveles bajos de la enzima que asegura una traducción precisa pueden predecir con precisión el éxito de la inmunoterapia. Esto significa que pacientes que antes eran considerados inelegibles podrían beneficiarse de estos tratamientos innovadores.
El estudio también destaca la importancia de la investigación multidisciplinaria en el campo de la ciencia del cáncer. La colaboración entre el Instituto Weizmann y la Universidad de Stanford ha permitido el uso de herramientas de inteligencia artificial para identificar nuevos objetivos en el proceso de traducción de proteínas. Esto podría llevar a la identificación de más dianas terapéuticas y al desarrollo de tratamientos más efectivos en el futuro.
En resumen, el trabajo realizado por el equipo de la profesora Samuels representa un avance significativo en la lucha contra el cáncer. Al manipular el proceso de traducción en células cancerosas, han abierto nuevas vías para mejorar la eficacia de la inmunoterapia, lo que podría beneficiar a un mayor número de pacientes en el futuro. A medida que continúan sus investigaciones, el potencial para transformar el tratamiento del cáncer se vuelve cada vez más prometedor.