El pasado 18 de octubre, la Abadía Retuerta LeDomaine, un antiguo monasterio del siglo XII convertido en hotel de lujo, fue el escenario de una de las bodas más esperadas del año: la de Stella del Carmen Banderas, hija del reconocido actor Antonio Banderas y la actriz Melanie Griffith. Este evento no solo marcó un hito en la vida de la joven, sino que también reunió a una multitud de celebridades del mundo del cine y la cultura internacional, reflejando la profunda conexión de la familia con sus raíces españolas.
La ceremonia, que se llevó a cabo en un ambiente íntimo y elegante, contó con la presencia de más de 250 invitados, entre los que se encontraban figuras destacadas como Penélope Cruz, Pedro Almodóvar, Tippi Hedren, Don Johnson y Dakota Johnson, hermana de la novia. La sorpresa del día llegó con la asistencia de Malia y Sasha Obama, quienes se unieron a la celebración, junto a Trudie Styler, esposa del famoso músico Sting. La jornada comenzó con un cóctel al aire libre, seguido de un almuerzo de gala y una fiesta con actuaciones en vivo, todo ello bajo una estricta política de privacidad que prohibía el uso de teléfonos móviles y limitaba el acceso a los medios de comunicación.
Antonio Banderas, quien se convirtió en uno de los protagonistas del evento, mostró su emoción y cercanía durante toda la celebración. A pesar de la falta de acceso para la prensa, el actor decidió salir a brindar con los periodistas que esperaban a las puertas del monasterio, compartiendo copas de champán y canapés. «Estamos con toda la familia y los amigos que han llegado de Estados Unidos y Málaga. Ha sido muy bonito y muy emocionante. Estamos muy contentos. Ha habido lagrimilla, claro. Es que claro llevan toda la vida juntos, una relación de 25 años», expresó Banderas.
El actor también aprovechó la ocasión para agradecer a los vecinos de Valladolid por su hospitalidad, destacando el buen trato recibido durante la organización del evento. En el interior de la abadía, Banderas acompañó a su hija al altar mientras sonaba una pieza musical inédita compuesta por su tío abuelo, interpretada por los guitarristas del Teatro del Soho, un proyecto cultural que Banderas dirige en Málaga. El momento culminó con la emotiva interpretación de «Here, There and Everywhere» de The Beatles, una elección que simboliza la historia de amor de los novios.
La unión de Stella y Álex Gruszynski no solo fue un evento familiar, sino también un homenaje a la cultura española. La decoración de la ceremonia incluyó velas, flores naturales y elementos que evocaban la estética del país. Stella había expresado previamente su deseo de que los invitados pudieran experimentar la magia de España durante el evento. La abuela de la novia, Tippi Hedren, y su hermana Dakota Johnson vivieron el enlace con especial emoción, conscientes del vínculo que une a la familia Banderas-Griffith con el país que ha sido fundamental en la carrera internacional de Antonio.
La elección del lugar, la Abadía Retuerta LeDomaine, no fue casual. Este hotel combina historia, arquitectura románica y servicios exclusivos, incluyendo un restaurante con estrella Michelin y viñedos propios. Banderas comentó que la decisión de realizar la boda en este espacio se debió a su capacidad para albergar a 200 personas cómodamente, considerando que muchos invitados habían viajado desde Los Ángeles.
A pesar de la rigurosa seguridad implementada para el evento, un incidente inesperado ocurrió antes de la ceremonia. Un vecino de Peñafiel, admirador de Banderas, logró burlar las medidas de seguridad e intentó entregarle un sobre con una propuesta de guion sobre la Pasión de Cristo. Aunque fue retenido por el personal de seguridad, más tarde, el propio Antonio salió a saludarlo después de brindar con la prensa, mostrando su amabilidad y disposición.
Entre los rumores que rodeaban la boda, se especuló sobre la posible presencia de Chris Martin, vocalista de Coldplay y expareja de Dakota Johnson. Sin embargo, Banderas confirmó que el músico no asistió, disipando cualquier tensión que pudiera haber surgido en torno a su presencia.
La boda de Stella del Carmen Banderas no solo fue un evento social, sino también un reflejo de la unión familiar y la celebración de la cultura española. La combinación de un entorno histórico, la presencia de figuras icónicas y la emotividad del momento hicieron de este enlace un acontecimiento memorable que quedará grabado en la memoria de todos los asistentes. La familia Banderas-Griffith, a pesar de su separación, demostró que el amor y el apoyo mutuo prevalecen, creando un ambiente de felicidad y celebración en un día tan especial.