La personalización del ejercicio físico se ha convertido en un tema central en el ámbito del bienestar y la salud. A medida que más personas se interesan en mejorar su condición física, el uso de métricas y dispositivos que cuantifican el ejercicio ha crecido exponencialmente. Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿realmente estos números reflejan el estado de salud de una persona? Expertos en fitness y salud han comenzado a profundizar en esta cuestión, sugiriendo que la interpretación de estas métricas requiere un análisis más detallado y contextualizado.
### Indicadores de Fitness: Más Allá de los Números
Los indicadores de fitness, que incluyen desde el conteo de pasos hasta la medición de la resistencia aeróbica, están presentes en la vida diaria de millones de personas. Con la popularidad de aplicaciones y dispositivos que monitorean la actividad física, como relojes inteligentes y plataformas sociales como TikTok, la cultura del fitness ha evolucionado. Sin embargo, Mathias Sorensen, fisiólogo del ejercicio en el UCSF Human Performance Center, advierte que no se puede simplificar la salud a una serie de números. Por ejemplo, realizar veinte flexiones o correr una milla en diez minutos puede ser un indicador de actividad, pero no necesariamente de salud óptima.
La carrera de una milla es uno de los estándares más utilizados para medir la resistencia aeróbica, especialmente en entornos deportivos y militares. Michael Fredericson, profesor de medicina física y rehabilitación en la Universidad de Stanford, explica que esta prueba puede ofrecer una visión general de la capacidad aeróbica de una persona. Sin embargo, aunque el VO2 max, que mide el consumo máximo de oxígeno, se puede estimar a partir de esta prueba, la medición más precisa se realiza en un entorno de laboratorio. Además, los estudios que relacionan el tiempo para completar la milla con la salud cardiovascular presentan resultados variados y a menudo contradictorios.
### Nuevas Propuestas de Evaluación y la Importancia de la Fuerza
A medida que la investigación en el campo del ejercicio avanza, se hace evidente que no existe un estándar universal para evaluar la salud física. Rich Souza, profesor y vicedecano de investigación en la Universidad de California, San Francisco, enfatiza que no hay un número correcto que se aplique a todas las personas. Esta falta de consenso se debe, en parte, a la escasez de financiación para investigaciones sobre bienestar. Sin embargo, esto no significa que los indicadores de fitness carezcan de valor. Fredericson sugiere que es más importante centrarse en la mejora relativa y la funcionalidad en lugar de obsesionarse con cifras absolutas.
En cuanto a la fuerza muscular, las flexiones de brazos son un ejercicio clásico que se asocia con un menor riesgo de infarto y otros problemas cardiovasculares. Sorensen destaca que la masa muscular es un factor protector contra diversas enfermedades y recomienda que la mayoría de las personas se esfuercen por realizar un número significativo de flexiones. Las recomendaciones varían según la edad y el género: hombres menores de 50 años deberían aspirar a entre veinticinco y treinta flexiones, mientras que las mujeres menores de 50 años deberían realizar poco más de veinte repeticiones.
Además de las flexiones, las dominadas son otro ejercicio que se considera un buen indicador de la relación entre masa muscular y grasa corporal. Sin embargo, Sorensen reconoce que para muchos, realizar dominadas es más un desafío de habilidad que de pura fuerza. Como referencia, se sugiere que los hombres apunten a diez dominadas seguidas y las mujeres a cuatro. La plancha abdominal también se menciona como un marcador de fuerza general, y se recomienda entrenar para mantenerla durante al menos un minuto, siempre cuidando la técnica para evitar lesiones.
### La Movilidad: Un Factor Fundamental
La movilidad articular es un aspecto que a menudo se pasa por alto en la evaluación de la salud física, pero que es crucial para la autonomía funcional a largo plazo. Fredericson explica que la pérdida de flexibilidad y movilidad con la edad puede afectar la capacidad de realizar actividades cotidianas. Pruebas como el “sit and reach” (tocar los pies con las manos) son comunes para medir la flexibilidad, pero el test de sentarse y levantarse del suelo (“sit-to-stand”) es más completo, ya que evalúa movilidad, equilibrio y coordinación, y está vinculado con el riesgo de mortalidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada, junto con dos sesiones de entrenamiento de fuerza, para preservar la resistencia, la masa muscular y la densidad ósea. Los expertos coinciden en que la frecuencia y la constancia son más importantes que las cifras específicas, y que las pruebas deben adaptarse a las capacidades individuales, especialmente en personas con limitaciones físicas.
En resumen, aunque los indicadores de fitness pueden servir como motivación, la clave para una buena salud radica en el progreso sostenido, la variedad en el entrenamiento y la capacidad de moverse con comodidad en la vida diaria. La personalización del ejercicio no solo mejora la salud física, sino que también promueve un bienestar integral que es esencial para una vida saludable a largo plazo.
