La situación en Gaza ha alcanzado un nuevo nivel de tensión con el inicio de la ofensiva militar por parte de Israel, que busca tomar el control de la Ciudad de Gaza. Esta operación, aprobada por el Gabinete de Seguridad israelí a principios de agosto, ha sido objeto de críticas internacionales, pero el gobierno de Netanyahu parece decidido a continuar con su estrategia militar. La ofensiva comenzó con la conquista de los barrios de Jabalia y Zaytoun, donde las tropas israelíes han vuelto a atacar zonas densamente pobladas, lo que ha generado preocupación por el impacto en la población civil.
### Contexto del conflicto
El conflicto actual tiene sus raíces en los atentados perpetrados por Hamás el 7 de octubre de 2023, que desencadenaron una serie de represalias por parte de Israel. Desde entonces, la violencia ha escalado, y las Fuerzas de Defensa israelíes han intensificado sus ataques en Gaza, lo que ha resultado en un alto número de víctimas civiles. Según informes de las autoridades sanitarias locales, al menos 62,000 palestinos han perdido la vida en los últimos 22 meses debido a los ataques israelíes, la mayoría de ellos civiles.
La situación se complica aún más por la movilización de 60,000 reservistas por parte del Ministerio de Defensa israelí, que ha ordenado el despliegue de cinco divisiones en Gaza para acabar con los remanentes de Hamás. Sin embargo, la mayoría de estos reservistas no participarán en la operación inmediata sobre la Ciudad de Gaza, lo que plantea interrogantes sobre la estrategia a largo plazo del gobierno israelí.
### Reacciones y consecuencias
La ofensiva ha suscitado una fuerte reacción tanto a nivel nacional como internacional. En Israel, sectores de la sociedad han comenzado a manifestarse en contra de la guerra, pidiendo el regreso inmediato de los rehenes y el fin de las hostilidades. A pesar de esto, el primer ministro Netanyahu ha desoído las críticas y ha insistido en que la ofensiva es necesaria para terminar con el terrorismo en Gaza.
Por otro lado, Hamás ha propuesto una tregua a cambio de la liberación de algunos rehenes, pero Israel continúa exigiendo la liberación de todos los secuestrados, lo que complica las negociaciones. La situación se vuelve aún más delicada con la amenaza de dimisión del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, si se acepta un alto el fuego, lo que pone en jaque la estabilidad del gobierno.
Expertos en el conflicto advierten que la ocupación de Gaza podría resultar en un nuevo desplazamiento masivo de personas y un aumento en el número de muertos. La comunidad internacional, a través de organizaciones humanitarias y la ONU, ha denunciado el bloqueo de suministros básicos en Gaza, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en la región.
La ofensiva también ha llevado a la aprobación de un nuevo asentamiento en Cisjordania, lo que, según críticos, socava las posibilidades de una solución de dos Estados. Este asentamiento, conocido como E1, dividiría Cisjordania y aislaría los territorios palestinos ocupados de Jerusalén Este, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la viabilidad de un futuro Estado palestino.
En medio de esta escalada de violencia, la pregunta sobre el futuro del conflicto sigue sin respuesta. Mientras Netanyahu parece decidido a continuar con su estrategia militar, muchos se preguntan si habrá un camino hacia la paz o si la situación seguirá deteriorándose, llevando a un ciclo interminable de violencia y sufrimiento para ambas partes.