La situación económica de Estados Unidos se encuentra en un punto crítico, especialmente con la presión ejercida por el presidente Donald Trump sobre la Reserva Federal (Fed) para que recorte los tipos de interés. Esta presión se intensifica a medida que se acerca la reunión de los gobernadores del banco central, donde se espera que se tomen decisiones cruciales que afectarán a la economía y a los mercados financieros.
La Casa Blanca ha exigido una «rebaja drástica» de los tipos de interés, argumentando que esto es necesario para aliviar la carga de la deuda nacional. Mientras Trump se encuentra en Escocia promocionando sus campos de golf, su administración, liderada por Russell Vought, director de presupuesto del Despacho Oval, está presionando para que la Fed actúe en consecuencia. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, también se ha mostrado reacio a emitir bonos a largo plazo hasta que la Fed realice un recorte en los tipos.
### La postura de la Reserva Federal ante la presión política
A pesar de la presión política, el consenso en Wall Street es que la Fed mantendrá los tipos de interés sin cambios en el rango del 4,25% al 4,5%, donde se han mantenido desde finales de 2024. Este pronóstico se apoya en los últimos datos de inflación, que mostraron un aumento del 2,7% en junio, el más alto en un año, en parte debido a la guerra comercial. Los analistas sugieren que Jerome Powell, presidente de la Fed, podría optar por esperar más datos sobre el impacto de los aranceles antes de tomar cualquier decisión.
La incertidumbre en torno a la guerra comercial y sus efectos en la economía estadounidense es palpable. Aunque se han firmado acuerdos con varias economías importantes, como la Unión Europea, China, Japón y el Reino Unido, aún quedan por resolver las relaciones comerciales con Canadá y México. Esto significa que los efectos de la guerra comercial podrían no ser completamente visibles para la reunión de la Fed en septiembre, lo que complica aún más la toma de decisiones.
Los analistas anticipan que, aunque no se esperan cambios inmediatos en la política monetaria, podría haber un par de votos a favor de un recorte en la reunión. Sin embargo, es probable que Powell decida posponer cualquier recorte hasta que se disponga de más información sobre el impacto económico de los aranceles. Esta estrategia de «ver y esperar» ha sido una característica de la política de la Fed bajo su liderazgo.
### Implicaciones para los mercados y la economía
La decisión que tome la Fed en su próxima reunión será fundamental para las proyecciones económicas del resto del año. Si la Fed decide no ceder a la presión de la Casa Blanca y mantiene su enfoque cauteloso, podría intensificarse la campaña de presión contra Powell, incluso hasta el punto de que Trump amenace con forzar su destitución. Tal acción podría provocar una reacción negativa en los mercados, generando un efecto dominó que afectaría a la confianza de los inversores.
A pesar de las críticas que recibe Powell, muchos expertos creen que un posible sucesor designado por Trump no se desviaría significativamente de la política actual de la Fed. La economista Tiffany Wilding de Pimco sostiene que, independientemente de quién esté al mando, no se anticipan cambios drásticos en la política monetaria. Wilding sugiere que un enfoque razonable sería volver a una postura neutral para finales de 2026, con tipos de interés estabilizándose cerca del rango neutral estimado por la Fed.
Esta perspectiva implica que, en el mejor de los casos, podríamos esperar uno o dos recortes en los tipos de interés en la segunda mitad de 2025, lo que está muy por debajo de las expectativas de Trump, quien busca llevar los tipos cerca del 0% para financiar su ambicioso paquete presupuestario. La presión sobre la Fed es, por lo tanto, un reflejo de la tensión entre la política económica y la política política, donde las decisiones del banco central se ven influenciadas no solo por datos económicos, sino también por la dinámica política en Washington.
En resumen, la próxima reunión de la Reserva Federal será un evento clave que determinará no solo la dirección de la política monetaria, sino también la estabilidad de los mercados financieros en un contexto de creciente incertidumbre económica y presión política. Los inversores y analistas estarán atentos a cualquier señal de cambio en la postura de la Fed, ya que esto podría tener repercusiones significativas en la economía estadounidense y en la confianza del mercado.