En el corazón de Madrid, el Aeropuerto Adolfo Suárez Barajas se ha convertido en un refugio involuntario para más de 400 personas sin hogar. Entre ellas se encuentra Salvador Méndez, conocido como Salva, un joven de 28 años que ha encontrado en este lugar no solo un techo, sino también un espacio para compartir su historia y la de muchos otros que enfrentan la dura realidad de la indigencia. Desde diciembre de 2022, Salva ha estado pernoctando en el aeropuerto, donde ha vivido experiencias que reflejan la complejidad de la situación social en España.
### La Vida Nocturna en Barajas
La vida en el aeropuerto durante la noche es un mundo aparte. Salva describe cómo, al principio, se sintió abrumado por el miedo y la inseguridad. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no estaba solo. «La primera vez que pasé la noche aquí, los agentes de seguridad me despertaban, pero vi que había muchas más personas. Conocí a gente que ha estado durmiendo aquí desde el año 2000», relata. La seguridad del aeropuerto, con su videovigilancia y presencia policial, fue uno de los factores que lo llevó a elegir este lugar como su hogar temporal.
A pesar de las dificultades, Salva ha encontrado momentos de solidaridad. «Mi pareja me ayuda a comer y algunos trabajadores del aeropuerto también me echan una mano. Una vez, unos empleados reunieron dinero para pagar el billete de avión a una persona que no podía permitírselo», cuenta. Sin embargo, la situación es crítica. La falta de recursos y la escasez de albergues han llevado a muchos a buscar refugio en un lugar que no está diseñado para ello.
### La Crisis de Indigencia y la Respuesta Institucional
La crisis de los indigentes en Barajas ha generado un fuerte choque entre las instituciones. AENA, la empresa que gestiona el aeropuerto, ha señalado la insuficiencia de la actuación del Ayuntamiento de Madrid y ha emitido un requerimiento legal para que se atiendan las necesidades habitacionales de estas personas. Sin embargo, desde el Ayuntamiento se argumenta que la solución no se encuentra en desalojar a las personas sin hogar, sino en ofrecer alternativas dignas y efectivas.
«El Ayuntamiento de Madrid está siendo y quiere seguir siendo parte de la solución. Reclamamos que el Gobierno lidere un plan social que permita dar soluciones individualizadas a cada persona», afirman desde el consistorio. Esta falta de consenso entre las instituciones ha llevado a una situación insostenible, donde las personas sin hogar se ven atrapadas en un limbo administrativo.
Salva también señala la importancia de la colaboración entre diferentes entidades. «Lo primero es construir albergues, están todos llenos. Después, tiene que haber una reunión seria entre el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid, Asuntos Sociales y el Gobierno de España. Sin esa reunión, no hay nada que hacer», enfatiza. La realidad es que muchos de los que pernoctan en Barajas son personas vulnerables que han caído en la indigencia debido a la crisis económica, el aumento de precios y la falta de oportunidades laborales.
### La Realidad de la Indigencia en Madrid
La situación en Barajas es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas ciudades en España. La crisis de la vivienda, el aumento del costo de vida y la falta de empleo han llevado a muchas personas a la calle. Salva menciona que hay personas mayores que no pueden trabajar, así como aquellos que han perdido la ayuda social. «Mucha gente ha terminado en la calle por culpa de la subida de precios de la vivienda, de la comida y de los servicios. Es imposible vivir bien si los sueldos no mejoran», explica.
La respuesta de las autoridades ha sido criticada por muchos, quienes argumentan que las medidas adoptadas son insuficientes. La asociación Bokatas, que trabaja en la ayuda a personas sin hogar, ha enfrentado restricciones en su labor, lo que ha generado preocupación entre los que dependen de su apoyo. «Aena les ha prohibido ahora traernos comida, lo cual no tiene ningún sentido», lamenta Salva.
La inseguridad también es un tema recurrente en las conversaciones sobre la vida en Barajas. Los sindicatos han denunciado agresiones y acosos, lo que ha llevado a muchos trabajadores a sentirse inseguros en su lugar de trabajo. «Barajas se ha convertido en una especie de Bronx», afirma Antonio Llarena, secretario de ASAE, quien destaca la necesidad urgente de desalojar el aeropuerto y aplicar las normas que ya existen.
La situación en el Aeropuerto de Barajas es un microcosmos de los desafíos que enfrenta la sociedad española en su conjunto. La falta de un enfoque coordinado y humano para abordar la crisis de la indigencia ha llevado a una situación que requiere atención inmediata. Salva, con su determinación y esperanza, representa a muchos que luchan por un futuro mejor, no solo para ellos, sino para todos los que se encuentran en circunstancias similares. Su historia es un llamado a la acción para que las instituciones trabajen juntas y encuentren soluciones efectivas que garanticen la dignidad y los derechos de cada persona.