En un desarrollo que ha capturado la atención mundial, científicos de Colossal Biosciences han logrado crear tres cachorros de lobo terrible, una especie que se extinguió hace más de 12,500 años. Este ambicioso proyecto de «desextinción» utiliza ADN antiguo extraído de fósiles para modificar genéticamente lobos grises, su pariente más cercano, con el fin de recrear características físicas del lobo terrible. Sin embargo, este avance ha suscitado un debate sobre las implicaciones ecológicas y éticas de tales experimentos.
La creación de estos cachorros, llamados Rómulo y Remo, ha sido aclamada como un hito en la biotecnología. A tan solo seis meses de edad, ya pesan más de 36 kg y miden casi 1.20 metros de largo, mostrando un comportamiento que refleja su naturaleza salvaje. Beth Shapiro, directora científica de Colossal, ha descrito este logro como el primer caso exitoso de desextinción, lo que plantea preguntas sobre la posibilidad de revivir otras especies extintas en el futuro.
Sin embargo, el médico veterinario Daniel Salomone, presidente del CONICET y experto en edición genética, ha expresado su preocupación sobre la dirección de estos proyectos. Aunque reconoce la innovación científica detrás de la creación de los lobos terribles, advierte que estos animales no cumplen el mismo rol en los ecosistemas que sus ancestros. Salomone enfatiza que, aunque los cachorros pueden parecer físicamente similares, no son verdaderas copias de los lobos terribles originales, ya que no se han realizado todos los cambios genéticos necesarios para replicar completamente a la especie extinta.
El proceso de desextinción implica la modificación de 14 genes en lobos grises para imitar los rasgos del lobo terrible, que era más grande y poseía una mandíbula más fuerte. Sin embargo, Salomone señala que hay un profundo desconocimiento sobre muchos aspectos del genoma y su función, lo que podría resultar en la creación de animales que, aunque físicamente se asemejen a los lobos terribles, no desempeñen el mismo papel en el ecosistema.
Además, Salomone ha comparado el proceso de desextinción con la trama de la película «Jurassic Park», donde los científicos utilizan ADN de dinosaurios para crear nuevas criaturas. Al igual que en la ficción, los investigadores de Colossal Biosciences han tenido que completar los vacíos del ADN antiguo con material de lobos modernos, lo que plantea preguntas sobre la autenticidad de los animales creados.
El presidente del CONICET también ha destacado los riesgos asociados con la creación de híbridos mediante técnicas de clonación y edición genética. La comunidad científica ha mostrado un profundo rechazo a estos experimentos, y muchos zoológicos han prohibido proporcionar material a Colossal Biosciences debido a las preocupaciones éticas y ecológicas que generan.
Salomone concluye que, aunque la atención que se ha dado a la desextinción podría tener un impacto positivo en la conservación de especies actuales, no es la dirección que debería seguir la ciencia. En su opinión, es crucial enfocar los esfuerzos en la preservación de las especies que aún existen y en el respeto por los ecosistemas naturales, en lugar de intentar revivir especies que han estado ausentes durante miles de años.
La creación de los lobos terribles plantea un dilema ético y científico que invita a la reflexión sobre el futuro de la biotecnología y la conservación. A medida que la ciencia avanza, es fundamental considerar las implicaciones de nuestros actos y cómo estos pueden afectar la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas en los que vivimos.