La industria de la moda ha sido testigo de un cambio radical con la inclusión de modelos generados por inteligencia artificial (IA) en sus campañas publicitarias. Este fenómeno ha alcanzado un hito significativo con la aparición de Seraphinne Vallora, la primera modelo completamente digital en la edición impresa de una reconocida revista de moda. Esta innovación ha generado un debate intenso sobre el futuro de la moda, el impacto en los modelos humanos y la definición de la belleza en la era digital.
### La Innovación de los Modelos Generados por IA
La inclusión de Seraphinne Vallora en la edición de agosto de la revista marca un antes y un después en la forma en que se presentan las campañas de moda. La modelo virtual fue creada por una empresa emergente fundada por Valentina González y Andreea Petrescu, quienes han dedicado su carrera a desarrollar avatares humanos fotorrealistas. Este avance tecnológico no solo representa un logro en el ámbito de la moda, sino que también plantea preguntas sobre la autenticidad y la representación en la publicidad.
La campaña de Guess, que presenta a Seraphinne en diversas situaciones cotidianas, ha sido diseñada para atraer la atención del público y generar conversación. Sin embargo, la pequeña línea que indica que la modelo es generada por IA ha suscitado críticas. Muchos en la industria argumentan que esta tendencia podría desdibujar la línea entre la realidad y la ficción, llevando a la creación de estándares de belleza aún más inalcanzables.
El proceso de creación de modelos virtuales es complejo y puede llevar hasta un mes. Las fundadoras de la empresa detrás de Seraphinne explican que, aunque han creado una variedad de modelos, la selección final se basa en lo que el cliente considera más atractivo. Esto ha llevado a cuestionamientos sobre la diversidad y la representación en la moda, ya que las imágenes que generan más interacción en redes sociales suelen ser aquellas que se ajustan a los cánones tradicionales de belleza.
### Críticas y Desafíos en la Industria de la Moda
La llegada de modelos generados por IA ha generado una ola de críticas entre los modelos humanos y defensores de la industria. Figuras como Felicity Hayward y Sara Ziff han expresado su preocupación por el impacto que esta tecnología puede tener en el empleo de modelos reales. Hayward sugiere que la decisión de utilizar modelos virtuales podría ser una estrategia de marketing para generar conversación, mientras que Ziff enfatiza la necesidad de establecer protecciones para los trabajadores de la moda.
Las críticas se centran en la posibilidad de que la IA no solo reemplace a los modelos humanos, sino que también perpetúe ideales de belleza restrictivos. La fundadora de Model Alliance, Ziff, argumenta que, aunque la IA tiene el potencial de innovar la industria, es crucial que se implementen medidas que protejan los derechos de los trabajadores. La preocupación es que, al optar por modelos virtuales, las marcas puedan reducir costos a expensas de la diversidad y la inclusión.
Por otro lado, González y Petrescu defienden su trabajo, argumentando que no están creando estándares de belleza inalcanzables. Aseguran que su modelo de IA es realista y que la perfección en la publicidad siempre ha existido, independientemente de si se trata de modelos humanos o virtuales. Sin embargo, reconocen que su contenido en redes sociales carece de diversidad, lo que atribuyen a las preferencias del público.
La controversia en torno a la utilización de modelos generados por IA no se limita a una sola marca. Otras ediciones de la misma revista han experimentado con esta tecnología, lo que sugiere que la tendencia está en aumento. La asociación entre OpenAI y la editorial de la revista también indica que la integración de la inteligencia artificial en la industria editorial y de la moda podría continuar expandiéndose.
En este contexto, es fundamental que la industria de la moda reflexione sobre el papel de la tecnología y su impacto en la representación y la diversidad. La llegada de modelos generados por IA podría ser una oportunidad para redefinir los estándares de belleza, pero también plantea desafíos significativos que deben ser abordados para garantizar un futuro inclusivo y equitativo en la moda.