La muerte de un Papa es un evento que desencadena una serie de protocolos y ceremonias en el Vaticano, regulados por el ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’. Este libro litúrgico, que fue actualizado por el Papa Francisco en 2024, establece las pautas a seguir en los funerales papales, introduciendo cambios significativos en comparación con las tradiciones anteriores. A continuación, se detallan las etapas y modificaciones más relevantes que se implementan tras el fallecimiento de un pontífice.
**Etapas del Proceso Funerario Papal**
El proceso que sigue el Vaticano tras la muerte de un Papa se divide en tres etapas o “estaciones”, cada una con sus propios protocolos específicos.
**Primera estación: constatación de la muerte**
Tradicionalmente, la muerte del Papa se certificaba en la habitación donde fallecía. Sin embargo, con la llegada de Francisco, este procedimiento ha cambiado. Ahora, la constatación de la muerte se realiza en la capilla privada del pontífice. En el momento de su fallecimiento, el cuerpo es colocado directamente en un ataúd de madera con interior de zinc, eliminando la necesidad de un traslado previo a la capilla del Palacio Apostólico. Este cambio se debe a que Francisco residía en la Casa Santa Marta, lo que ha llevado a una simplificación del proceso.
**Segunda estación: exposición del cuerpo**
Una vez que el cuerpo ha sido preparado, se traslada a la Basílica de San Pedro, donde se expone para que los fieles puedan rendir homenaje. A diferencia de las ceremonias anteriores, esta exposición ya no se realiza sobre un catafalco, ni se acompaña del báculo papal. El féretro se mantiene abierto para que los fieles puedan venerar al Papa, y se cierra definitivamente la víspera de la misa exequial, marcando el final de esta etapa.
**Tercera estación: entierro del Papa**
El entierro del Papa también ha sido objeto de cambios significativos. Anteriormente, la tradición dictaba que los Papas eran sepultados en tres ataúdes: uno de ciprés, otro de plomo y un tercero de roble. Sin embargo, Francisco ha optado por simplificar este proceso, permitiendo que el cuerpo sea enterrado en un solo ataúd. Esta modificación refleja un enfoque más pastoral y menos ceremonial, alineándose con la visión que Francisco tiene de su papel como líder espiritual.
**Simplificación de los Tratamientos Ceremoniales**
Además de las etapas del proceso funerario, Francisco ha introducido cambios en los tratamientos y títulos utilizados durante las ceremonias. Se ha decidido utilizar un lenguaje más sencillo y accesible, similar al que se emplea en los funerales de los obispos. Por ejemplo, se eliminará la referencia a “Romano Pontífice” en favor de un enfoque que resalte el carácter pastoral del Papa. Según el arzobispo Diego Ravelli, esta decisión busca enfatizar que el funeral del Papa es el de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de un hombre poderoso en este mundo.
**Cambios en la Organización Durante la Sede Vacante**
La sede vacante es el periodo que sigue a la muerte del Papa, durante el cual la Iglesia Católica se encuentra sin un líder. Aunque se mantiene la figura del camarlengo, que tiene diversas responsabilidades durante este tiempo, Francisco ha decidido eliminar la llamada “Cámara Apostólica”. Este era un grupo de eclesiásticos que tradicionalmente asistía al camarlengo en la gestión de la Iglesia durante la sede vacante. La eliminación de esta figura refleja un deseo de simplificar la estructura y los procesos dentro del Vaticano.
**El Deseo de Francisco de Ser Enterrado en Santa María la Mayor**
Uno de los cambios más significativos introducidos por Francisco es la posibilidad de que los Papas sean enterrados fuera de la Basílica de San Pedro. Este deseo fue expresado por el propio Francisco en diciembre de 2023, cuando manifestó su intención de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor. En una entrevista, el Papa explicó que este lugar tiene un significado especial para él, ya que ha mantenido una gran devoción por la Virgen María. Esta decisión marca un cambio importante en la tradición de los entierros papales, que históricamente se han llevado a cabo en la Basílica vaticana.
La muerte de un Papa es un momento de gran solemnidad y reflexión para la Iglesia Católica y sus fieles. Los cambios introducidos por Francisco en los protocolos funerarios no solo simplifican el proceso, sino que también reflejan su visión pastoral y su deseo de acercar la figura del Papa a la comunidad. Estos ajustes en las ceremonias y tradiciones son un testimonio del legado que Francisco deja en la Iglesia, enfatizando la importancia de la humildad y el servicio en su ministerio.