La plaza de Colón en Madrid se convirtió en el escenario de una masiva manifestación el pasado sábado, donde miles de ciudadanos se congregaron para exigir la dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la convocatoria de elecciones generales. A pesar de las amenazas de lluvia, que finalmente no afectaron el desarrollo del evento, más de 25,000 personas, según fuentes oficiales, se unieron bajo el lema «Por la dignidad de España: Sánchez dimisión, elecciones ya». Esta concentración fue organizada por un centenar de asociaciones civiles, que lograron reunir a un amplio espectro de la sociedad española, incluyendo simpatizantes del Partido Popular (PP) y de Vox, así como ciudadanos preocupados por la situación política actual.
Los discursos de la jornada fueron encabezados por figuras destacadas como la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el exdiputado de Ciudadanos, Marcos de Quinto. Aguirre, en su intervención, enfatizó que la demanda de dimisión no se basa únicamente en la gestión del Gobierno, sino en la necesidad de recuperar la dignidad de España. Criticó a Sánchez por su aparente desprecio hacia la historia y los valores del país, sugiriendo que su administración busca dividir a los españoles y transformar a España en un estado similar al de Venezuela.
Por su parte, De Quinto advirtió sobre el creciente peligro que representa el actual presidente, afirmando que su objetivo es desmantelar el régimen político establecido en 1978 y perpetuarse en el poder. La manifestación, que comenzó a las 12:00 y concluyó poco después de la 1:00 PM, estuvo marcada por la presencia de banderas rojigualdas y pancartas con mensajes críticos hacia el Gobierno, como «PSOE vendepatrias» y «Sánchez dimisión».
La situación política en España ha estado marcada por una serie de crisis, incluyendo el reciente apagón generalizado que afectó a miles de ciudadanos y que fue mencionado por varios oradores como un ejemplo del caos que vive el país. Miguel Tellado, portavoz del PP, denunció la incompetencia del Gobierno y su incapacidad para gestionar situaciones críticas, lo que ha llevado a un clima de desconfianza y descontento entre la población.
La manifestación no solo fue un grito de protesta, sino también un llamado a la acción para reactivar las movilizaciones ciudadanas, que habían perdido fuerza en los últimos meses. Las protestas anteriores, especialmente aquellas en contra de la ley de amnistía, habían logrado reunir a un número considerable de personas, pero la reciente concentración en la plaza de Colón podría marcar el inicio de un nuevo ciclo de movilizaciones.
Los organizadores de la manifestación, agrupados en la Plataforma por la España Constitucional, esperan que este evento sirva como un catalizador para futuras acciones y que la ciudadanía continúe expresando su descontento con la gestión del Gobierno. La diversidad de grupos presentes en la manifestación refleja la amplia gama de preocupaciones que los ciudadanos tienen respecto a la dirección política del país, desde la economía hasta la gestión de las instituciones.
A medida que se acercan las elecciones, el clima político en España se intensifica, y la presión sobre el Gobierno de Sánchez aumenta. La falta de una mayoría parlamentaria sólida y las tensiones con sus socios de investidura, como Podemos, complican aún más la situación. La manifestación en la plaza de Colón es un claro indicativo de que la oposición está dispuesta a movilizar a la ciudadanía en un esfuerzo por cambiar el rumbo político del país.
En resumen, la masiva manifestación en Madrid no solo fue un evento significativo en términos de asistencia, sino que también refleja un descontento generalizado con la gestión del Gobierno actual. La combinación de preocupaciones sobre la economía, la corrupción y la falta de liderazgo efectivo ha llevado a muchos ciudadanos a exigir un cambio. A medida que el panorama político se desarrolla, será interesante observar cómo estas movilizaciones impactan en la agenda política y en las decisiones del Gobierno en los próximos meses.