En un contexto político marcado por la desconfianza y la corrupción, Miriam González Durántez se presenta como una figura emergente dispuesta a desafiar el statu quo. Nacida en Olmedo, Valladolid, esta abogada especializada en comercio internacional ha decidido tomar las riendas de un movimiento que busca regenerar el sistema político español. Con un enfoque claro en la ética y la transparencia, González ha comenzado a trazar un camino que podría llevarla a fundar un nuevo partido político si los partidos tradicionales no adoptan las reformas necesarias.
González, quien ha vivido en el Reino Unido y ha sido vice primera dama británica, ha tenido la oportunidad de observar de cerca cómo funcionan los mecanismos de control ético en otros países. Su experiencia le ha permitido desarrollar un código ético que propone para la política española, un conjunto de medidas que busca erradicar el clientelismo y la corrupción que han plagado el sistema durante décadas.
### La Lucha por la Regeneración del Sistema
La plataforma que dirige, «España Mejor», se centra en la necesidad de un cambio profundo en la política española. González sostiene que la corrupción y el clientelismo han creado un sistema que no solo es ineficaz, sino que también es profundamente injusto. En su opinión, la regeneración del sistema no es solo una cuestión de cambiar a los políticos, sino de establecer un marco ético que impida que los abusos de poder se repitan.
Uno de los puntos centrales de su propuesta es la eliminación de los aforamientos, que considera una de las principales causas de la impunidad política. Según González, los aforamientos permiten que los políticos eviten la responsabilidad por sus acciones, lo que contribuye a un clima de desconfianza entre los ciudadanos. «La Constitución no dice en ningún lado que los políticos se repartan los jueces como si fueran cromos», afirma con firmeza.
Además, González ha señalado la importancia de establecer controles preventivos en los conflictos de intereses. En su experiencia en el Reino Unido, estos controles son fundamentales para garantizar que los políticos actúen en el mejor interés de la sociedad y no en el de sus amigos o familiares. «Los conflictos de intereses deben ser gestionados de manera que se evite cualquier apariencia de impropiedad», explica.
González también ha manifestado su preocupación por la falta de ética en la política española. En su opinión, la legalidad no debe ser el único estándar al que se adhieran los políticos. «No todo lo que es legal es ético», sostiene, y aboga por un enfoque que priorice la ética sobre la mera legalidad. Esto incluye la necesidad de que los políticos sean responsables de las acciones de sus asesores y de que se establezcan mecanismos claros para prevenir abusos.
### La Influencia de la Experiencia Internacional
La trayectoria de Miriam González en el ámbito internacional le ha proporcionado una perspectiva única sobre la política y la ética. Su experiencia como asesora de la Comisión Europea y su vida en el Reino Unido le han permitido observar cómo otros países manejan los conflictos de intereses y la corrupción. En su opinión, España tiene mucho que aprender de estos modelos.
González ha señalado que la falta de controles éticos en España es alarmante. «En otros países, los estándares de ética son mucho más altos», afirma. Por ejemplo, menciona que en el Reino Unido, cualquier apariencia de conflicto de interés es tratada con seriedad y se toman medidas inmediatas para evitar que se convierta en un problema. En contraste, en España, la cultura política parece tolerar la corrupción y el abuso de poder.
Además, su experiencia como vice primera dama le ha enseñado la importancia de la transparencia en la política. «Cuando asumí ese rol, me aseguré de comunicar todos mis clientes y de evitar cualquier situación que pudiera parecer un conflicto de interés», recuerda. Esta experiencia la ha llevado a abogar por la creación de una Oficina de Ética en España, similar a la que existe en el Reino Unido, que supervise las acciones de los políticos y garantice que actúen con integridad.
González también ha sido crítica con la forma en que los partidos políticos españoles han manejado la corrupción. En su opinión, tanto el PSOE como el PP han fallado en abordar los problemas de fondo y han optado por soluciones superficiales que no abordan la raíz del problema. «La gente está cansada de promesas vacías», dice, y enfatiza que es hora de que los políticos asuman la responsabilidad de limpiar el sistema.
La abogada ha comenzado a movilizar a ciudadanos y empresarios que comparten su visión de un sistema político más ético y transparente. Su objetivo es crear un movimiento que no solo desafíe a los partidos tradicionales, sino que también ofrezca una alternativa real a los ciudadanos que buscan un cambio. «Si los partidos existentes no están dispuestos a abrazar el reformismo, entonces puede que me vea empujada a fundar un nuevo partido», afirma con determinación.
Miriam González representa una nueva generación de líderes políticos que están dispuestos a desafiar el statu quo y a luchar por un sistema más justo y transparente. Su enfoque en la ética y la regeneración del sistema político podría marcar un cambio significativo en la política española, y su creciente visibilidad en los medios sugiere que su mensaje está resonando con un número cada vez mayor de ciudadanos que buscan un cambio real.