El verano en Andalucía se caracteriza por sus altas temperaturas, y este año no es la excepción. Con la llegada de la canícula, que se extiende desde la segunda quincena de julio hasta la primera de agosto, se anticipa un aumento significativo en las temperaturas, alcanzando niveles extremos en varias provincias. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha emitido alertas de nivel naranja por calor en diversas áreas, lo que indica que los ciudadanos deben estar preparados para enfrentar condiciones climáticas adversas.
### Temperaturas Extremas y Avisos de Calor
Este martes 15 de julio, Andalucía experimentará un clima predominantemente despejado, con algunas nubes bajas en el litoral mediterráneo y el área del Estrecho. Sin embargo, lo más preocupante son las temperaturas que se prevén. En el interior, se anticipan máximas que superarán los 40 grados Celsius, con Córdoba alcanzando los 41ºC, Sevilla y Jaén los 40ºC, y Granada los 39ºC. En contraste, las temperaturas en la costa serán más moderadas, con Huelva alcanzando los 34ºC, Málaga 30ºC y Almería y Cádiz 29ºC.
La Aemet ha activado avisos de nivel naranja en las campiñas de Sevilla y Córdoba, así como en la cuenca del Genil, Morena y Condado, y el valle del Guadalquivir en Jaén. En otras provincias, como Huelva y Granada, se han emitido avisos amarillos, lo que indica que las temperaturas también serán elevadas, aunque no alcanzarán los niveles extremos de las áreas con alerta naranja.
El miércoles 16 de julio se perfila como el día más caluroso de la semana, con mínimas que no bajarán de los 20ºC en la mayoría de las localidades. Las noches serán especialmente cálidas, con Jaén experimentando temperaturas de hasta 26ºC y localidades costeras como Málaga y Cádiz no bajando de los 24ºC. Durante el día, se prevén cielos despejados y temperaturas que podrían alcanzar los 42ºC en Córdoba y 41ºC en Granada, mientras que Sevilla se mantendrá en los 40ºC.
### Cambios en el Clima y sus Efectos
A medida que avanza la semana, se espera que las temperaturas continúen en ascenso hasta el jueves 17 de julio, cuando las noches tropicales se extenderán por casi toda Andalucía. Las mínimas se mantendrán en torno a los 23ºC en Almería y 22ºC en Cádiz. Aunque se anticipa un cielo despejado, los avisos amarillos se mantendrán en varias provincias, mientras que en el interior de Huelva y la sierra norte de Sevilla se espera que se levanten.
Las temperaturas máximas en el litoral atlántico, especialmente en Huelva, podrían alcanzar los 38ºC, mientras que en el interior, Sevilla y Jaén podrían llegar a los 41ºC. Sin embargo, a partir del viernes 18 de julio, se prevé un descenso en las temperaturas, aunque algunas áreas, como Málaga, podrían experimentar un ligero aumento debido a los vientos terrales, alcanzando los 37ºC.
El sábado 19 de julio marcará un cambio notable, con temperaturas que podrían bajar a 36ºC en Sevilla y 33ºC en Jaén. A partir del domingo 20, se espera que las temperaturas comiencen a recuperarse de manera gradual, lo que sugiere que la ola de calor podría no haber terminado del todo.
El impacto de estas altas temperaturas no solo afecta la comodidad de los ciudadanos, sino que también plantea riesgos significativos para la salud pública. Las olas de calor pueden provocar deshidratación, golpes de calor y exacerbar condiciones preexistentes, especialmente en poblaciones vulnerables como ancianos y personas con enfermedades crónicas. Por ello, es crucial que la población esté informada sobre las medidas de precaución a seguir durante estos episodios de calor extremo.
Las autoridades sanitarias recomiendan mantenerse hidratado, evitar la exposición directa al sol durante las horas más calurosas del día y utilizar ropa ligera y transpirable. Además, es aconsejable permanecer en espacios frescos y ventilados siempre que sea posible.
La situación climática en Andalucía es un recordatorio de la importancia de la preparación y la adaptación ante fenómenos meteorológicos extremos. A medida que el cambio climático continúa afectando los patrones climáticos, es probable que las olas de calor se vuelvan más frecuentes y severas, lo que requiere una atención continua y un enfoque proactivo por parte de las autoridades y la población en general.