El verano de 2025 ha marcado un hito en la historia climática de España, con una ola de calor que ha sido catalogada como la más intensa desde que se tienen registros. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha informado que este fenómeno, que tuvo lugar durante los primeros veinte días de agosto, presentó una anomalía de 4,6 °C en comparación con las temperaturas habituales para esta época del año. Este dato no solo supera el récord anterior de julio de 2022, sino que también establece un nuevo estándar para las olas de calor en el país.
Durante este periodo, se registraron temperaturas extremas que alcanzaron y superaron los umbrales históricos, tanto en el día como en la noche. Esta situación ha generado serias preocupaciones sobre la salud pública, así como un incremento en el riesgo de incendios forestales. Según datos del Sistema de Información de Incendios Forestales de la Comisión Europea, cerca de 360.000 hectáreas han sido consumidas por el fuego en agosto de 2025, lo que subraya la gravedad de la situación.
### Cambios en el Patrón Climático
La Aemet ha señalado que la intensidad de las olas de calor se mide a través de un parámetro conocido como “anomalía de la ola”, que evalúa la desviación de las temperaturas máximas respecto a los umbrales establecidos para considerar un evento como ola de calor. Desde 1975, se han registrado 77 olas de calor en la Península y Baleares, pero es alarmante que seis de las más intensas, con anomalías de 4 °C o más, hayan ocurrido desde 2019. Este patrón indica un cambio significativo en la frecuencia y la severidad de estos fenómenos climáticos extremos.
En 2025, la serie de episodios cálidos ha superado ampliamente a los fríos. Aunque marzo fue inusualmente frío y mayo se mantuvo dentro de los parámetros normales, el resto del año ha estado marcado por condiciones cálidas, muy cálidas o incluso extremadamente cálidas. La Aemet anticipa que agosto de 2025 podría terminar entre los cuatro meses más calurosos de toda la serie histórica, con cuatro de esos cinco agostos más cálidos correspondiendo a los últimos cuatro años.
La alerta naranja y amarilla ha sido activada en varias regiones de la península, lo que indica que las temperaturas extremas están lejos de ser un fenómeno aislado. Este verano, junto con el de 2022, se disputan el título de ser el más cálido registrado, ambos significativamente por encima del antiguo récord de 2003. La temperatura media en España ha aumentado en 1,69 °C entre 1961 y 2024, lo que contribuye a la mayor frecuencia e intensidad de episodios cálidos durante el verano.
### Impacto del Cambio Climático
La Aemet atribuye estos cambios a la influencia del cambio climático, una conclusión que coincide con las investigaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas. Este organismo ha advertido que los veranos típicos en la región mediterránea a mediados del siglo XXI podrían ser hasta 2 °C más cálidos en comparación con los del periodo 1981-2020. Los veranos que se han vivido en España en 2022 y 2025 ya están alcanzando estos valores previstos para dentro de varias décadas.
El análisis estadístico revela que cuatro de las cinco olas de calor más severas han ocurrido desde 2019, lo que no solo resalta la gravedad de la situación actual, sino que también plantea nuevos desafíos en términos de adaptación y mitigación. La Aemet ha enfatizado que, aunque no todos los años superarán a los anteriores, sí se confirma una tendencia estructural hacia veranos cada vez más extremos.
La situación actual exige una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades y la sociedad en general. La adaptación a estos cambios climáticos no solo es necesaria para la salud pública, sino también para la protección del medio ambiente y la prevención de desastres naturales. La creciente frecuencia de olas de calor y otros fenómenos climáticos extremos subraya la urgencia de abordar el cambio climático de manera integral y sostenible.