La economía española se encuentra en un momento crucial, con proyecciones de crecimiento que, aunque han sido ajustadas a la baja, siguen siendo optimistas en comparación con otras economías de la eurozona. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se espera que el crecimiento de España se sitúe en un 2,4% para 2025 y un 1,9% para 2026. Estos números, aunque representan una disminución con respecto a las previsiones anteriores, colocan a España en una posición favorable en comparación con países como Francia y Alemania, que presentan tasas de crecimiento más bajas.
La OCDE atribuye este crecimiento a varios factores, entre los que destacan la solidez del mercado laboral, que ha visto una creación constante de empleo y una disminución del desempleo, que se prevé que alcance un 10,1% para 2026. Además, el aumento de los ingresos reales de los hogares y un alto nivel de ahorro están impulsando el consumo privado, que se espera crezca un 2,7% en 2026. La inversión también está en aumento, con un pronóstico de crecimiento del 4,4% para el mismo año, impulsada por el crédito a empresas y familias, así como por los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. La OCDE ha señalado que existen riesgos que podrían afectar este crecimiento. Entre ellos se encuentran posibles retrasos en la ejecución de proyectos cofinanciados por Bruselas y un entorno financiero global más restrictivo. Además, el fin de las ayudas temporales otorgadas durante la crisis inflacionaria, como los subsidios al transporte público, podría restar impulso al gasto público, lo que a su vez podría afectar la economía en general.
### Impacto de la Guerra Comercial y la Inflación
Otro aspecto relevante en las proyecciones económicas es el impacto de la guerra comercial, especialmente en las exportaciones. A pesar de la debilidad de la demanda extranjera y los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos de la Unión Europea, el impacto directo en España ha sido limitado. Las exportaciones a Estados Unidos representaron solo el 1% del PIB en 2024. Sin embargo, se anticipa que el crecimiento de las exportaciones se desacelere, especialmente en sectores como la maquinaria y los productos agroalimentarios, lo que podría reducir la contribución del sector exterior al PIB.
En cuanto a la inflación, se espera que la tasa general en España descienda hasta el 1,9% en 2026. Este descenso se atribuye a la contención de las presiones salariales y a la moderación de los precios de la energía y los alimentos. Además, se prevé que el déficit público se reduzca al 2,8% del PIB en 2025 y al 2,3% en 2026, gracias al aumento de los ingresos derivados de la creación de empleo y a la eliminación de la mayoría de los apoyos fiscales temporales.
A nivel internacional, la OCDE ha ajustado a la baja sus proyecciones de crecimiento global, situándolas en un 2,9% para 2025 y 2026. Este ajuste se debe a la escalada de barreras comerciales y la incertidumbre normativa, que están afectando negativamente la confianza de empresas y consumidores, lo que a su vez frena el comercio y la inversión. La situación en Estados Unidos es particularmente preocupante, con un recorte en las previsiones de crecimiento que ha bajado del 2,8% al 1,6% para 2025, lo que podría tener repercusiones en la economía global.
Por otro lado, China ha visto un leve recorte en su crecimiento, que se espera sea del 4,7% en 2025 y del 4,3% en 2026, mientras que las economías latinoamericanas, como México, se benefician de la reducción de aranceles estadounidenses, lo que les permite avanzar ligeramente en sus proyecciones económicas.
En resumen, aunque las previsiones económicas para España son relativamente optimistas en comparación con otros países, existen desafíos significativos que podrían afectar el crecimiento. La combinación de un mercado laboral fuerte, un aumento en el consumo y la inversión, junto con la incertidumbre global y los cambios en las políticas comerciales, serán factores clave a seguir en los próximos años.