La participación de Israel en Eurovisión ha generado un intenso debate en España, especialmente en el contexto de las recientes tensiones en la Franja de Gaza. Ernest Urtasun, el portavoz de Sumar y actual ministro de Cultura, ha manifestado que España podría considerar no participar en el concurso si la Unión Europea de Radiodifusión (UER) no toma medidas para expulsar a Israel debido a las acusaciones de genocidio. Esta postura ha sido respaldada por el Gobierno español, que ha enfatizado la necesidad de no normalizar la presencia de Israel en foros internacionales mientras continúan los conflictos en la región.
Urtasun, en una reciente aparición en televisión, dejó claro que la decisión final sobre la participación de España en Eurovisión recae en RTVE, pero subrayó que el Gobierno está dispuesto a adoptar medidas si la situación no cambia. «No podemos permitir que Israel participe en eventos internacionales como si nada estuviera ocurriendo», afirmó. Esta declaración se produce en un momento en que la UER está revisando la participación de Israel en el concurso, tras las protestas que han surgido en torno a su presencia en eventos deportivos y culturales.
La UER ha implementado una medida excepcional, permitiendo a los países confirmar su participación en Eurovisión hasta diciembre, en lugar de octubre, lo que les da más tiempo para evaluar la situación. Israel ha expresado su intención de participar en Eurovisión 2026, pero la decisión final aún está pendiente. La presión sobre la UER para que actúe se ha intensificado, especialmente después de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, solicitara en mayo la expulsión de Israel del concurso, comparando su situación con la de Rusia tras la invasión de Ucrania.
Sánchez ha sido contundente en su crítica hacia las acciones de Israel, acusándolo de «exterminar» a los gazatíes y ha propuesto un embargo de armas como medida para frenar lo que califica de genocidio. Esta postura ha generado reacciones tanto a favor como en contra, con algunos sectores políticos apoyando la decisión del Gobierno y otros criticándola como un acto de injerencia en asuntos internacionales.
El debate sobre la participación de Israel en Eurovisión no solo se limita a la política interna española, sino que también refleja un conflicto más amplio sobre la percepción de Israel en el ámbito internacional. Las protestas en eventos deportivos, como la Vuelta a España, han sido un claro indicador de la creciente oposición a la normalización de la participación israelí en eventos internacionales mientras persisten las tensiones en Gaza.
Por otro lado, la oposición política ha aprovechado esta situación para criticar al Gobierno. Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, ha calificado de «bajeza moral» las acciones de Sánchez, sugiriendo que su pasado está en conflicto con su papel como presidente. Esta crítica se suma a un clima de polarización política en el que cada declaración sobre Israel y Palestina puede ser utilizada como arma en la lucha política interna.
La situación es compleja y está en constante evolución. La UER se enfrenta a un dilema: cómo manejar la participación de Israel en Eurovisión sin provocar una crisis diplomática mayor. La presión de los países miembros, especialmente aquellos que han expresado su apoyo a Palestina, podría influir en la decisión final de la UER. Mientras tanto, el Gobierno español continúa defendiendo su postura, argumentando que es un imperativo moral y político no permitir que Israel participe en eventos internacionales sin rendir cuentas por sus acciones.
En este contexto, la participación de España en Eurovisión se convierte en un símbolo de la postura del país sobre los derechos humanos y la legalidad internacional. La decisión que se tome en los próximos meses podría tener repercusiones no solo en el ámbito cultural, sino también en la política exterior de España y su relación con otros países. La comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollan estos acontecimientos, ya que podrían sentar un precedente para futuras participaciones de países en eventos internacionales en medio de conflictos políticos y sociales.